Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 32

Rafaela pidió al servicio de habitaciones que limpiara la habitación antes de bajar al restaurante a comer.

Después de colgar el teléfono, no pasó mucho tiempo antes de que Liberto asistiera al lanzamiento de la nueva colección de joyas de ese año. Cada vez que se lanzaba una nueva marca de joyería por temporada, la primera colección siempre era seleccionada personalmente por Rafaela, y si algo le gustaba, se lo enviaban a la casa de la familia Jara.

Las joyas del Grupo Jara eran hermosas, desde las de gama baja hasta las de alta gama, incluyendo algunas personalizadas.

Esa época siempre era la más ocupada para Liberto, por lo que después de concretar algunos detalles y procesos, una hora más tarde, él salió de la sala de reuniones, con Joaquín encargado de tomar nota de la reunión.

Liberto, con una mano en el bolsillo, se dirigió al elevador, y de repente, preguntó: "¿Dónde está Rafaela ahora?"

Aquella pregunta realmente tomó por sorpresa a Joaquín, quien ajustó nerviosamente las gafas en su nariz y respondió: "Sr. Liberto, la Srta. Penélope fue recogida por el chofer privado después de clases y llevada de vuelta a la Villa Sueño del Cielo. En cuanto a la Srta. Rafaela, yo... no estoy seguro en este momento. Si usted desea saberlo, puedo averiguarlo de inmediato."

Joaquín observó a Liberto, viendo la tensión en su mirada, y basándose en su conocimiento de Liberto a lo largo de los años, aquella era una señal de enojo o descontento, por lo que de inmediato, se disculpó: "Lo siento, Sr. Liberto. En diez minutos, encontraré la ubicación de la Srta. Rafaela y se la enviaré a su celular."

La razón por la que Joaquín estaba tan nervioso era porque Liberto raramente mencionaba a Rafaela, casi podría contar las veces. Antes de que se casaran, Rafaela era conocida en los círculos de damas de alta sociedad por ser fastidiosa y difícil de tratar, y cada vez que causaba problemas, siempre era Liberto quien salía a resolverlos. Solo después de que se casaron, Rafaela se calmó un poco.

Ya fuera en la oficina o asistiendo a banquetes, Liberto nunca mencionaba a Rafaela y la mayor parte del tiempo, él estaba en la Villa Sueño del Cielo, cuidando de alguien allí.

Liberto dijo: "No es necesario."

Él estaba manejando documentos de la empresa en su oficina y cuando levantó la cabeza, ya había oscurecido afuera de las ventanas.

Rafaela comía sola cuando de repente escuchó una voz burlona a su lado: "Ay, mira, si es la Srta. Rafaela. ¿Cómo es que estás comiendo sola aquí? ¿Qué pasó con tu hombre? ¿No será que no pudo soportar tu temperamento y rompió contigo?"

Rafaela miró a la mujer que se acercaba, brillante de joyas, con el pelo rizado en olas, llevando gafas de sol y una bolsa de edición limitada colgando de su brazo, caminando con las manos en la cintura y la barbilla en alto, con una actitud completamente despectiva.

Rafaela terminó su bistec, dejó los cubiertos y preguntó: "¿Ya comiste?"

Maritza Cruz dudó si había escuchado mal. Rafaela incluso le preguntó si había comido, a lo que respondió con un dedo en los labios y una risa burlona: "Rafaela, ¿acaso estás loca?"

Maritza y Rafaela eran enemigas desde siempre, siendo Maritza la heredera de una prominente familia de desarrolladores inmobiliarios, la familia Cruz. Su rivalidad comenzó desde que eran niñas en la escuela, casi como si estuvieran predestinadas a ser adversarias. Para Maritza, el mayor placer de su vida era competir con Rafaela en todo, al punto de que incluso al ver a un perro en la calle, no podía evitar llamarlo 'Rafaela'.