Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 688

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Rafaela, serena y calmada, ya había planeado todo lo que vendría después. Tenía poco más de veinte años, una edad para disfrutar de la vida… pero en lugar de eso, ya estaba arreglando sus asuntos póstumos.

Liberto la miró con ojos sombríos.

—Si todo lo que dices que pasará, al final no sucede… ¿te arrepentirás?

—¿Arrepentirme? De lo único que me arrepiento es de haberme casado contigo. De lo demás… no me arrepiento de nada.

—¡Date por satisfecho, Liberto! Incluso después de que te jubiles, podrás recibir el quince por ciento de los dividendos de las acciones del Grupo Jara. Cuando tú y tu futura mujer adopten un hijo, ese niño podrá contar con una buena suma de dinero gracias al Grupo Jara.

—Claro, lo más importante es la última cláusula: si durante este tiempo se te ocurre someterte a una cirugía de reversión, no recibirás ni una acción, y el Grupo Jara pasará a ser controlado por la familia Cruz.

—Si no hay problemas, firma este… y este otro…

Liberto firmó sin la menor vacilación, sin dudarlo un instante. Plasmó su nombre en el espacio final.

—Si la señora Padilla está dispuesta a ceder el Grupo Jara, no me queda más que acompañarla en esto —dijo, sin siquiera mirar las cláusulas del documento.

Con tal de que ella estuviera feliz y dejara de atormentarse con ideas extrañas, Liberto haría cualquier cosa por ella, incluso firmar esos acuerdos para calmar su corazón y darle toda la seguridad que necesitaba.

En ese momento, para Liberto, lo más importante era Rafaela.

El último acuerdo era, básicamente, el contrato de venta de Liberto…

La cláusula principal establecía que, una vez que ella y su padre ya no estuvieran, Alonso y Maritza se convertirían en los mayores accionistas del Grupo Jara. Liberto, además de dirigir la empresa, tendría que trabajar para los dos hermanos…

Además, este contrato de servidumbre estipulaba que durante treinta años Liberto no podría participar ni fundar ninguna otra empresa. Si se descubría que lo hacía, no solo tendría que pagar una penalización multimillonaria, sino que al final lo perdería todo. Después de treinta años, Liberto tendría más de sesenta, justo en la edad de jubilarse…