Entrar Via

Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 710

—Cinco meses. Ese es el límite. Lo ideal sería encontrar un corazón compatible en los próximos tres meses. Si perdemos esa ventana, aunque el trasplante sea exitoso, nadie puede garantizar que su esposa despierte. —El tono del doctor se volvió cada vez más grave.

Liberto le sostenía la mano. Si Rafaela hubiera estado despierta, habría sentido el ligero temblor en su agarre.

Una ola de emociones negativas lo invadió.

—Salgan todos… —Su voz, ahogada, luchaba por contener el dolor.

Los médicos se retiraron en silencio. En la habitación, solo quedaba Liberto, cuya mirada profunda se clavaba en la figura de Rafaela, que yacía en la cama sin apenas un hálito de vida. La inyección para la fiebre le había provocado una reacción y ahora estaba empapada en sudor, como si la hubieran sumergido en agua. A pesar de su malestar, no estaba lo suficientemente consciente para expresar lo que sentía.

Solo podía aguantar. Liberto observó cómo Rafaela, en su sueño febril, fruncía el ceño. Le acarició el rostro y le susurró con ternura:

—Pronto todo estará bien.

***

Cuando Rafaela se despertó por completo, la habitación estaba en penumbra, iluminada solo por la lámpara de noche. Instintivamente, miró hacia el ventanal y vio un resquicio de luz brillante filtrándose a través de las pesadas cortinas.

Luego miró a su lado. Liberto dormía profundamente, con un brazo todavía rodeando su cintura, y ella descansaba sobre su otro brazo. Rafaela se sintió un poco desorientada. Mirando el techo, recordó vagamente que alguien había estado hablando durante la noche.

Creía que había tenido fiebre.

Se tocó la frente; estaba fría. No podía saberlo con certeza.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Venganza Reencarnada de la Rica Heredera