Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1188

"¿Qué pasa?", preguntó Elsa frunciendo el ceño.

Wilbur apartó la mirada y sacudió la cabeza. "No es nada".

"Señor Penn, ¿necesita que hagamos algo?", preguntó Jay, con la esperanza de ganarse algún favor.

Wilbur sonrió y contestó: "No, gracias".

"De acuerdo. Entonces, nos vamos. Adiós".

Se despidieron de Wilbur y se fueron.

Después de eso, Faron y Elsa también se despidieron.

Tenían mucho que hacer a continuación.

Wilbur suspiró y condujo al resto de vuelta a la Isla Lago Marino.

Charles se inclinó en el puente.

Wilbur lo miró mientras decía: "Trabaja duro. Te daré un trabajo cuando llegue el momento".

Charles lloró de emoción al instante.

Sabía lo que eso significaba.

Viviría sin preocupaciones económicas si Wilbur lo decía.

En realidad, se había decidido a no marcharse pasara lo que pasara.

Esperaba que algún día se convertiría en un cultivador como los demás.

Eso significaría un nuevo capítulo en su vida y sería diferente.

Wilbur solo le prometió un trabajo, pero al menos eso significaba que Charles tenía su aprobación.

Sintió que debía seguir trabajando duro.

Charles se dio ánimos y se puso de muy buen humor.

Wilbur volvió a su habitación. Solo Faye lo siguió dentro. Los demás se fueron automáticamente a sus habitaciones.

Se sentaron un rato en el sofá. Ella le preparó una tetera y le dijo: "Deberías descansar pronto. Yo también debería irme a descansar".

"Todo es mi culpa". Él bajó la mirada y se culpó a sí mismo.

Faye aguantó la risa. Intentó parecer seria y dijo: "Deberías reflexionar sobre tus actos".

Dicho esto, salió de la habitación.

Wilbur se llevó las manos a la cabeza como si le doliera.

Faye estaba en la habitación de Nancy en ese momento. Se estaban riendo de Wilbur en el sofá.

Faye también seguía tocando a Nancy, por lo que esta se sonrojaba mucho.

De repente, una figura delgada se coló silenciosamente en la habitación de Nancy.

Una oscuridad infinita seguía a la figura, como si un mundo de absoluta oscuridad se conectara tras él.

Lo extraño fue que apareció en la sala de estar, pero Nancy y Faye no se percataron de su presencia. Todavía estaban jugueteando.

La esbelta figura se detuvo frente al sofá y las observó en silencio.