Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1334

Una hermosa chica con un atuendo local adecuadamente confeccionado entró lentamente.

La chica tenía alrededor de veinte años y tenía una cara hermosa. Su cuerpo también era sensual. Era una belleza incluso entre las mujeres.

La chica se acercó lentamente a Wilbur y se inclinó de manera muy femenina.

Tyrone dijo: "Su Santidad, esta es mi sobrina, María. Acaba de cumplir veinte años. Me gustaría que lo siguiera y se ocupara de sus necesidades".

Wilbur se quedó muy sorprendido. No esperaba que Tyrone tuviera ideas así.

Dijo torpemente: "No creo que sea necesario, señor presidente".

"Su Santidad, sé que no necesita dinero y que Terya es pobre. No podemos ofrecerle regalos decentes. Por otra parte, María no podía dormir cuando se enteró de usted. No puede dejar de pensar en usted y quiere servirle, así que, por favor, acéptela", dijo Tyrone.

Wilbur miró a María. Era realmente hermosa.

Tenía la cara redonda y la piel suave. Sus pechos eran grandes y sus largas piernas la hacían ver joven. Era realmente hermosa.

Wilbur frunció el ceño y dijo: "Le agradezco el gesto, señor presidente, pero, por favor, llévese a la señorita".

"Su Santidad, por favor, acépteme, ¿de acuerdo?". María se arrodilló en el suelo con aspecto triste y lastimero.

Wilbur se sintió nervioso porque nunca se había encontrado con algo así.

De repente, Karl entró e hizo una reverencia. Dijo: "Su Santidad, Tarron dijo que al presidente Rogan le gustaría conocerlo".

Wilbur dijo inmediatamente: "De acuerdo, me dirigiré a Gango inmediatamente".

Se volvió, miró a Tyrone y dijo: "Gracias, señor presidente. Tengo asuntos que atender, así que no me quedaré".

Luego, se marchó a paso ligero.

Tyrone y María se quedaron solos en el patio.

"¿Le caigo mal, tío?", preguntó María con tristeza.

Tyrone sonrió y contestó: "¿A quién no le gusta una chica guapa como tú?".

"¿Por qué me rechazaría entonces?", preguntó María desconcertada.

Él sonrió y preguntó: "¿Estás dispuesta a esperar?".

Wilbur tragó saliva en secreto al pensar en sus seductores labios rojos y su busto lleno.

Incluso los héroes han tenido problemas con las mujeres desde el principio de los tiempos, y Wilbur no era una excepción.

Tanto Hannah como María eran mujeres hermosas. Mentiría si dijera que no estaba interesado en ellas.

Sin embargo, tenía que mantener su imagen. No podía mostrarse excesivamente poco serio.

Sacudió la cabeza y suspiró.

A veces, su estatus era bastante preocupante.

Hannah dijo: "Sé que tienes negocios importantes y parece que son un gran éxito".

"Se puede decir que sí", respondió Wilbur.

Hubo un momento de silencio en el teléfono. Ella preguntó: "Wilbur, ¿puedo cenar contigo esta noche?".

Wilbur miró la hora. Sería por la tarde cuando llegara a la Ciudad Arena Dorada.