Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1348

En la esquina noreste de Millerton se alzaba una imponente catedral.

La catedral tenía la típica arquitectura gótica con varias agujas altas y puntiagudas, y la mayor parte del edificio era de color negro, lo que le daba un aspecto solemne.

En el sótano de la catedral, unas ochenta personas yacían tendidas, soltando gritos de dolor.

Vestían las túnicas de la Iglesia del Señor del Dragón de Fuego, que incluía a creyentes ordinarios, seguidores devotos y un miembro de la milicia.

Sus cuerpos estaban cubiertos de heridas, todas ellas punzantes, con lesiones horripilantes y sangrientas.

En ese momento, una figura encorvada apareció en el sótano, completamente envuelta en una túnica negra.

Se quitó la capucha, revelando un rostro anciano que parecía una cáscara de naranja seca. Miró a la gente del suelo con ojos que brillaban en rojo.

Aquel miliciano que seguía vivo gritó furioso al ver aquel anciano: "La Iglesia del Señor del Dragón de Fuego no te dejará salir con la tuya".

"Jejeje", soltó una carcajada el anciano.

"Tontos, la Iglesia del Señor del Dragón de Fuego no es más que una broma. Incluso la Iglesia de los Santos Illuminati es un juego de niños a nuestros ojos. ¿A qué podría llegar la Iglesia del Señor del Dragón de Fuego?".

Mientras el anciano decía eso, caminó lentamente hacia ese hombre.

El hombre apretó los dientes y dijo: "Incitan al público y masacran a los no creyentes. Son un culto maligno y el enemigo de toda religión".

"¿Ah, sí? ¿Y qué? Todos los mundos son solo alimento para la Gran Voluntad. Cuando la Gran Voluntad descienda, no quedará nada. Así que no tiene sentido que digas nada de eso".

El anciano llegó hasta el miliciano y señaló con un dedo.

Su dedo empezó a alargarse, convirtiéndose en un dispositivo de succión. En la punta también empezó a formarse una boca aterradora.

El guerrero miró el aterrador dispositivo de succión con un atisbo de pánico y miedo en sus ojos, pero de todos modos dijo: "Definitivamente serás purificado por la Iglesia del Señor del Dragón de Fuego".

Inmediatamente se levantó y saltó por la ventana. En el cielo nocturno, corrió hacia la esquina noreste de Millerton.

Al mismo tiempo, Sandy y Lilian llegaron a la sala de oración de Pumido.

Las dos se arrodillaron ante una estatua y empezaron a rezar con devoción.

La estatua medía diez metros, tenía el rostro borroso y diez brazos.

Tenía una marca profunda en la frente que parecía un tercer ojo o un vórtice profundo.

Después de que rezaran un momento, un anciano vestido con una túnica negra salió por detrás, situándose en silencio junto a la estatua.

En ese momento, la puerta de la sala de oración se abrió de golpe y Wilbur entró dando grandes pasos.