Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1529

Chandler se desplomó en el suelo, sin vida al fin. Un gran cultivador de nivel Santuario había muerto así, con los ojos aún abiertos de par en par.

Seamus se acercó a él, recogiendo la daga.

La daga tenía un diseño sencillo y emitía un resplandor de colores brillantes que hacía que toda la habitación se viera como el paraíso.

Incluso Seamus empezó a temblar mientras sostenía la daga.

La daga había pasado de generación en generación en la familia Rocher. Poseía una energía única que solo un Rocher que fuera cultivador podía absorber.

Si la persona no era un cultivador, se convertiría en cenizas por el retroceso de la daga.

Por eso, ningún líder familiar del pasado se había atrevido a intentar usarla.

Sus antepasados también habían dejado este mensaje: la energía de la daga se activaría una vez que hubiera absorbido suficiente poder, lo que la haría utilizable para los no cultivadores de la familia Rocher.

Esto entrañaba un gran riesgo y cualquier cosa podía sucederle a la persona que empuñara la daga. Después de todo, un no-cultivador tratando de controlar este poder era altamente peligroso.

Pero Seamus solo tenía una oportunidad en esto y no podía soportar ver la caída de su familia. Iba a aprovechar todas las oportunidades que tuviera.

No podía soportar la idea de que el tesoro de la familia fuera a caer en manos de un forastero como Chandler y, por lo tanto, había utilizado su codicia para activar la daga para que Seamus la probara.

Según el mensaje que habían dejado, la daga era un arma espiritual que haría que los poderes de uno rivalizaran con los de un cultivador moderno.

Para la familia Rocher y para convertirse en la persona más poderosa del mundo, valía la pena correr el riesgo.

Seamus no le temía a nada mientras la recompensa valiera la pena.

Seamus lanzó un aullido de agonía, temblando por todas partes.

Los Rocher se quedaron estupefactos. ¿Había ocurrido algún accidente?

Los ojos de Sawyer se iluminaron con un brillo hambriento.

En ese momento, Seamus soltó un gruñido y estiró la mano hacia el miembro de la familia que tenía más cerca.

En un abrir y cerrar de ojos, el miembro de la familia había sido drenado de su sangre.

Seamus tiró el cadáver al suelo y agarró a otro miembro de la familia.

Esto hizo que los Rocher jadearan de terror, dándose la vuelta para correr por sus vidas.