Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1530

Sin embargo, Seamus emitía una energía tan poderosa que los miembros de la familia quedaron clavados en el suelo.

Estaban sujetos por la presión, incapaces de moverse en absoluto.

Los músculos del cuerpo de Seamus continuaban ondulándose como si hubiera un monstruo intentando liberarse de su interior. El resto de su familia miraba temblorosa, llena de terror.

Después de que Seamus drenara a un segundo miembro de la familia, sus cambios fueron aún más drásticos.

Parecía haber una enorme fuerza agitándose en su interior y su fuerza vital también estaba siendo devorada.

Seamus ya estaba al borde de la muerte y sabía que estaría acabado si esto fallaba.

Menos mal que ahora tenía cierta fuerza para controlar a estos mortales normales y no le importaba aunque fueran de su propia familia.

Seamus tiró el segundo cadáver y miró a la persona que tenía más cerca.

Los miembros de la familia lo miraron aterrorizados. "Todos somos de pura sangre Rocher. No puedes hacernos esto".

Seamus avanzó hacia él paso a paso, una voz extraña e inhumana saliendo de su boca: "Esto es por el futuro de la familia Rocher. Tu sacrificio será recordado".

Mientras hablaba, Seamus agarró al miembro de la familia y comenzó a drenarle la vida para compensar la fuerza vital que él mismo estaba perdiendo.

El miembro de la familia gritó furioso: "¡Eres un monstruo, Seamus Rocher! Eres un p*to monstruo, ¡y recibirás lo que te mereces!".

"El sacrificio es la única solución al poder. Esto es todo lo que se puede hacer por nuestra familia".

Seamus drenó la vida del miembro de la familia, luego agarró un cuarto y continuó.

El resto de los Rocher estaban aterrorizados. ¿Quién sabía a cuántas personas más iba a chupar la vida Seamus en esta nueva forma suya?

Los Rocher sabían que ya no había forma de salvarse, por lo que empezaron a maldecir a Seamus de las formas más desagradables que pudieron, llegando incluso a maldecir a todo el linaje de la familia Rocher.

Sin embargo, Seamus no les hizo caso y los dejó secos hasta que solo quedó su hijo.

Sawyer se quedó paralizado en el suelo, temblando mientras miraba aterrorizado a su padre.

Justo entonces, las anomalías del cuerpo de Seamus parecieron estabilizarse por fin. Seguía pareciendo un monstruo horripilante, pero ya no se transformaba.

Sawyer soltó un suspiro de alivio al ver aquello.

Seamus también soltó un suspiro y levantó la mano izquierda para inspeccionarse las palmas.

En ese momento había una inmensa energía a punto de estabilizarse en su cuerpo, algo que nunca antes había sentido.