Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2328

Una hora después, Johnson salió de la habitación con una camiseta y calzoncillos. "Entonces, ¿está listo?".

"Sí, Señor Johnson. El Robot Satán está listo, siéntete libre de probarlo".

"Bien, haré eso".

Johnson se subió a la plataforma de control del Robot Satán y miró los paneles frente a él con entusiasmo.

Luego hizo algunas pruebas sencillas con el robot y finalmente levantó uno de sus brazos para apuntar con un rifle al Profesor Dickens.

Dickens abrió los ojos con terror. "¿Qué haces, Señor Johnson?".

"¡NO!". Maria soltó un grito, pero Johnson le había disparado a Dickens. Salió de la plataforma de control, mirando a Maria. "No me importa que fuera un científico, pero sí me importa que te haya puesto las manos encima".

…

En la mansión de Fawkes, una Harley Davidson se detuvo en la entrada con Marshall y Wilbur en ella.

Wilbur se bajó de la moto y Marshall le dijo: "¿Puedo irme ya, señor?".

"Sí, ya puedes irte".

Wilbur no se molestó en dificultarle las cosas a Marshall, sabiendo que Marshall ahora nunca lastimaría a la gente de Diseya. Fawkes, sin embargo, era un caso diferente. Ese bastardo había intentado matar a Wilbur solo porque se había negado a venderle un poco de mineral.

Primero en el desierto y luego en Diseya.

Wilbur se enfureció y decidió que vendría a buscar a Fawkes para poner fin a esto de una vez por todas.

Wilbur los miró, resopló y luego continuó hacia la mansión de Fawkes. Los dos guardias sacaron sus radios de inmediato para gritar: "¡Hay un intruso en la mansión! ¡Deténganlo!".

La mansión de Fawkes era enorme y Wilbur apenas había caminado cien metros cuando una docena de guardaespaldas con traje salieron corriendo. Rodearon a Wilbur por ambos lados.

El guardaespaldas principal, un hombre alto y musculoso con la cabeza calva, miró a Wilbur con el ceño fruncido. "¿Sabes dónde estás, muchacho? ¿Quién te crees que eres para entrar en la mansión Fawkes en mitad de la noche? ¡Veamos si lo vuelves a hacer después que te rompan las piernas!".

El hombre calvo gritó una orden y el resto de los guardaespaldas cargaron de inmediato contra Wilbur. Justo cuando estaban a punto de alcanzarlo, todos salieron volando hacia atrás y se estrellaron con fuerza contra el suelo.

"¡Ay!".

"¡M*erda, eso dolió!".