Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2429

Las guerras prolongadas eran la única forma de que las personas experimentaran un sufrimiento tan extremo que el hambre, la humillación y la desesperación llenaran sus mentes de pensamientos oscuros. Skermann había tenido la fortuna de mantenerse al margen de los conflictos, pero ahora el Papa había logrado su objetivo: más de cinco millones de refugiados habían huido hacia Skermann.

Estas eran las personas que el Papa planeaba usar para alimentar a los dioses malignos. Los pensamientos oscuros que cultivaban en su desesperación eran un recurso valioso para él.

Por supuesto, el Papa no permitiría que Skermann permaneciera en paz. Por eso había enviado a Aiden a tomar el control de Buker y liderar el ataque contra la nación.

Aiden miró a Wilbur con nerviosismo.

"Le he dicho todo lo que sé, señor. ¿Me perdonará la vida?".

"No".

"¿Por qué? ¿Por qué?".

Wilbur lo miró con una expresión sombría, y su voz se tornó fría cuando respondió, "Porque has causado demasiada muerte y destrucción. Eres el motivo por el cual tantas personas han perdido sus hogares. No mereces vivir".

"¡Por favor, no!".

Wilbur no mostró piedad. Clavó la Hoja del Dragón Mágico en el pecho de Aiden, lo apartó con una patada y guardó su espada.

Aunque el Mensajero Oscuro despreciaba al Papa, sabía que aún no era el momento de eliminarlo, al menos no antes de atrapar a Wilbur.

El Mensajero Oscuro no había viajado a Ede para controlar a la Iglesia, sino porque había escuchado rumores sobre la muerte de Buker a manos de un cultivador de Skermann. Sabía que solo había dos cultivadores en Skermann capaces de algo así: el General Arthur, del Gremio de Cultivadores, y Wilbur.

Dado que Arthur estaba en la Cofradía de Cultivadores de Skermann cuando ocurrió el asesinato, el culpable solo podía ser Wilbur. El Mensajero Oscuro había estado siguiéndole la pista, pero no esperaba que Wilbur apareciera en Ede y causara tanto alboroto.

Cuando llegó al sótano del gremio, encontró los cuerpos de Aiden y Kino aún calientes. Eso solo podía significar que Wilbur acababa de marcharse.

La ira ardía en el pecho del Mensajero Oscuro mientras salía corriendo a la calle. Miró frenéticamente a su alrededor, pero no detectó el aura de ningún cultivador en las cercanías.