Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2432

Los militares de Ede habían establecido un campamento en la frontera entre Ede y Skermann, en pleno desierto, con poderosos proyectiles apuntando a la devastada ciudad fronteriza de Agnas.

Holt había llegado al campamento treinta minutos antes y ordenó que comenzaran el ataque sobre Agnas. Además, instruyó a los soldados a permanecer en alerta máxima una vez que finalizaran los bombardeos.

Sus órdenes se basaban en informes que indicaban que los cultivadores de Skermann planeaban contraatacar. Según sus cálculos, era probable que los cultivadores estuvieran ocultos en Agnas en ese momento.

El ataque inicial seguramente habría obligado a los cultivadores a huir, pero era casi seguro que intentarían un contraataque tan pronto como cesara el bombardeo. Holt sabía que un solo cultivador de nivel Santuario podía enfrentarse con éxito a un ejército entero.

Anticipándose a esto, Holt había preparado equipos especializados para combatir a los cultivadores. Estaba esperando a que lanzaran su ataque para poder aniquilarlos de una sola vez.

Aunque los cultivadores solían posicionarse como defensores de la justicia, Holt no confiaba en ninguno que interfiriera en los asuntos de la Bahía Bullard. Para él, su misión era clara, y no toleraría a nadie que se interpusiera en sus planes, sin importar quién fuera.

Determinado a controlar la Bahía Bullard, Holt había dedicado mucho tiempo a investigar y finalmente había encontrado una forma efectiva de enfrentarse a los cultivadores. Podía neutralizar con facilidad a cualquier cultivador que no alcanzara el nivel Emperador.

Aunque los cultivadores eran numerosos, muy pocos llegaban a ese nivel. Además, la Bahía Bullard era una región apartada, poco relevante a escala mundial. Incluso si surgían disturbios allí, no atraerían la atención de los grandes cultivadores del mundo.

Con este razonamiento, Holt estaba convencido de que podría gobernar la región si eliminaba a los cultivadores de la Bahía Bullard. Su plan estaba casi concluido. Solo necesitaba involucrar a Skermann en el conflicto para que la nación se sumiera completamente en la guerra.

Holt planeaba encargarse personalmente de los cultivadores de Skermann. También obligaría a la nación a participar en el combate. Sin embargo, le preocupaba la presencia de Wilbur, ya que había oído rumores sobre su inmenso poder.

El oficial al mando se acercó apresuradamente y dijo: "Señor Holt, ya están aquí. Por favor, dé la orden para abrir fuego".

"No todavía", respondió Holt con calma. "Esperen mis instrucciones. Que todas las unidades de artillería permanezcan ocultas".

"Pero...".

Holt lanzó una mirada fulminante al oficial al mando, quien, intimidado, bajó la cabeza y regresó a su puesto. Con voz temblorosa, dio la orden: "¡Artillerías, permanezcan agachadas!".

El oficial se sentía profundamente inquieto. Estaban enfrentándose a cinco cultivadores, y sabía que incluso uno solo de nivel Santuario era capaz de devastar un ejército completo. Cinco cultivadores representaban un peligro inmenso, algo que no podía ser ignorado.