Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 33

La frente de José estaba llena de sudor y se inclinó profundamente ante Wilbur. "Joven, admito que hace un rato estaba fanfarroneando. Por favor, perdóname".

"Así es. Por favor, perdónanos y ten piedad", dijo Mike.

La expresión de Wilbur se ensombreció y se volvió para mirar a Mike. "¿Tener piedad? No recuerdo que hayas tenido piedad antes".

La expresión de Mike se volvió fea por su enfado, incapaz de decir algo más.

José sabía que había metido la pata, ¡pero esas palabras que había dicho antes no eran más que una fanfarronada! No iba a quitarse la vida así como así.

Miró a Wilbur con expresión de disculpa. "Es mi culpa por no conocer mis objetos, joven. Lo lamento. Estoy dispuesto a compensarte con diez millones de dólares a cambio de tu perdón".

Wilbur sonrió. Por supuesto, no iba a hacer que José se quitara la vida por un asunto tan trivial.

Sin embargo, los diez millones de dólares eran otra cosa. Después de todo, los dos habían sido bastante groseros con él momentos antes.

Wilbur se mojó el dedo con el té de la taza de John y luego anotó los números de su cuenta sobre la mesa. "Muy bien. Aceptaré tu oferta". Tras decir esto, se levantó y se marchó.

Justo entonces, José dejó escapar un largo suspiro. Memorizó el número en su cabeza mientras echaba humo: "Cabrón. Esta vez sí que me has jodido, Duran Jarin. Me las vas a pagar".

Al hablar, primero transfirió el dinero a la cuenta de Wilbur antes de decirle a Mike: "Mis disculpas, señor Cannon. Deje que me ocupe de Duran, y volveré a la ciudad Seecher y le proporcionaré una compensación adecuada. Por favor, quédese tranquilo".

Mike solo pudo asentir mientras José se marchaba furioso. Aquel hombre realmente lo había avergonzado a lo grande.

Poco después de que José se fuera, Faye bajó al salón principal con el hombre y la mujer de antes.

Faye echó un vistazo al salón vacío y dijo: "Señor Cannon, ¿no iba a haber una subasta? ¿A dónde se fue todo el mundo?".

"Ya terminó", dijo Mike, avergonzado.

Faye se encogió de hombros, asintiendo con la cabeza. "Entonces, yo también me voy".

Al decir esto, Faye se dio la vuelta y se marchó.

La chica sacudió la cabeza lentamente, con los ojos llorosos. Faye miró a Wilbur, ligeramente perpleja por la situación.

Wilbur frunció el ceño. "Creo que igual deberíamos llevarte por si pasa algo".

En realidad, él había utilizado su energía espiritual para inspeccionar todo el cuerpo de la chica y no era nada grave.

Estaba seguro de que la chica se había metido en algún lío y por eso estaba en ese estado a pesar de no haber resultado muy herida por el coche.

Sin embargo, la muchacha se negó a hablar, limitándose a sacudir lentamente la cabeza con una expresión sin vida en el rostro.

Wilbur frunció el ceño. "Llevémosla de vuelta por ahora. Parece que tiene algo en la cabeza. Podemos hablar mañana cuando haya descansado un poco esta noche".

Faye asintió y ayudó a la chica a subir al coche antes de conducir de vuelta a Castillobury.

Faye ayudó a la chica a sentarse en el sofá antes de prepararle una taza de té. "Jovencita, ¿qué te ha pasado? ¿Cómo has acabado así?".