Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 38

Timothy guardó silencio un rato antes de decir: "Supongo que no vas a confesar nada".

"No ha pasado nada para que confiese, así que ¿por qué debería hacerlo?", replicó Wilbur.

Timothy dijo: "Dos declaraciones completamente opuestas. Uno de los dos tiene que estar mintiendo. Sí sabes que las consecuencias de mentir en un lugar como este son extremadamente severas, ¿no?".

"Sé que son severas, pero ¿no les corresponde a ustedes demostrar quién dice la verdad?", dijo Wilbur.

Timothy sonrió fríamente. "Por supuesto que lo haremos, pero tendrás que ser responsable de lo que has dicho".

"Sé que sí. Confío en que eres una persona responsable que llegará al fondo del asunto", dijo Wilbur con una sonrisa.

Timothy guardó silencio. A juzgar por cómo solían transcurrir casos como este, las mujeres eran menos propensas a mentir. Por eso se inclinaba más a creer a Shelby.

Pero Wilbur parecía extremadamente tranquilo y confiado.

O se le daba muy bien mantener la calma o decía la verdad.

Todo el asunto era un poco complicado. Requeriría algunos trucos por parte de Timothy.

Un momento después, Timothy dijo: "¿Hay algo más que quieras añadir?".

"No", dijo Wilbur.

Timothy dijo: "Envíalo a la sala de detención".

"Entendido". El policía se levantó y soltó las muñecas de Wilbur para que pudiera firmar su declaración antes de que lo enviaran a la sala de detención.

Timothy volvió a su despacho. Se frotó las sienes, sintiendo que le venía un dolor de cabeza.

No había cámaras de seguridad en la casa. La declaración de ninguna de las dos partes era suficiente para demostrar que la agresión se había producido o no.

Sin embargo, la agresión sexual era un asunto grave y debía tratarse con cautela.

Timothy encendió un cigarrillo y guardó silencio.

A la mañana siguiente.

Bowie recorrió la comisaría sin detenerse mucho y luego se marchó.

Timothy lo acompañó hasta la puerta, donde Bowie le dio una palmada en el hombro. "Estoy seguro de que harás un buen trabajo. Eres un hombre joven y tienes un brillante futuro por delante".

"Gracias, jefe". Timothy sonrió apaciguadoramente.

Bowie asintió. "Bueno, no te quitaré más tiempo. Adiós".

Justo cuando Bowie estaba a punto de marcharse, un Benz se detuvo frente a la comisaría. Faye salió del coche acompañada de su secretario.

"¡Vaya, señorita Yves! ¿Qué la trae por aquí?". Bowie la saludó cordialmente, estrechándole la mano.

Faye era toda sonrisa mientras estrechaba la mano de Bowie. "Un amigo mío tiene algo que resolver, así que aquí estoy".

"¿Ah, sí? Me quitaré de su camino y la dejaré con ello entonces". Bowie sonrió, subió a su coche y se marchó.

Faye entró en la comisaría, pero Timothy le impidió el paso con una expresión gélida. "Sin duda estás jugando con una mano pesada".