Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 40

Wilbur sonrió. "Timothy es un buen sheriff. Estoy seguro de que llegará al fondo del asunto".

Sus palabras pillaron desprevenida a Faye. Seguía enfadada con Timothy, pero Wilbur lo consideraba un buen tipo.

Sin embargo, pensándolo bien, parecía que Timothy no había hecho nada malo. Tan solo hacía su trabajo. Además, era perfectamente comprensible que estuviera enfadado con ella por intentar amenazarlo con Bowie. Desde el punto de vista profesional, Timothy parecía un buen policía.

Wilbur le dijo a Faye: "Muy bien, deberías ir a trabajar. Ya te dije que al final la verdad saldrá a la luz y las mentiras nunca resistirán la prueba de la justicia".

Faye solo pudo asentir y se fue al Cabo. Allí estaban todas esas personas, incluida ella misma, que no podían descansar todavía. Tenía que planear el siguiente paso y aún no era el momento de descansar.

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En la Corporación Willow.

Yvonne estaba sentada en su oficina, sintiendo que no podía más.

La Corporación Willow había sido bombardeada con mensajes de los bancos en los últimos dos días, todos ellos declarando que querían dejar de trabajar con ellos. Algunos de sus otros socios ya se habían puesto en contacto con ellos personalmente por la misma razón.

Yvonne comprendió que todas estas personas estaban actuando bajo la presión tácita que ejercía el Cabo Internacional.

Ella había sido tan tonta como para divorciarse de Wilbur y volver a casarse con Blake, pero este había perdido su puesto de presidente el día de la boda e incluso había sido detenido por infringir la ley.

El plan de Faye había hecho que la Corporación Willow perdiera completamente su reputación e Yvonne era ahora el hazmerreír de todo el mundo.

Bajo todas esas presiones externas, la Corporación Willow se enfrentaba por fin a una crisis.

Si la familia Willow no podía soportar este calvario, sería realmente su fin.

Sin embargo, los negocios eran como la salud personal. La enfermedad y malestar siempre llegaban como una avalancha. Lo que una vez fue una corporación superior valorada en miles de millones de dólares podía desmoronarse así como así, pero reconstruirla tomaría mucho más tiempo.

Justo cuando estaba sumida en sus preocupaciones, su madre Miranda entró corriendo en la oficina muy contenta.

Yvonne vio a su madre y le preguntó impaciente: "Mamá, ¿qué haces aquí?".

"Tengo buenas noticias", dijo Miranda misteriosamente.