Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 468

Eileen y Constantino fruncieron el ceño.

Cadillacia soltó una carcajada salvaje. "¿Qué se siente al retorcerse en una trampa de sangre, vil imbécil?".

Fue entonces cuando Wilbur se dio cuenta de que la sangre que brotaba de Cadillacia había llenado toda la plaza.

La sangre era extrañamente pegajosa y se adhería al cuerpo y las piernas de Wilbur. Eso era lo que le estaba ralentizando.

"Hoy estás lleno de trucos, ¿verdad? Pedazo de m*erda", no pudo evitar maldecir Wilbur.

Cadillacia soltó una carcajada salvaje y se dirigió a grandes zancadas hacia Wilbur.

El suelo empezó a retumbar cuando Cadillacia se acercó y levantó su gigantesco puño en el aire.

Wilbur estaba atrapado y no tenía forma de utilizar su velocidad en su beneficio, por lo que solo podía rechazar el ataque de frente.

Para sorpresa de todos, Wilbur guardó su cuchillo de trueno. Juntó las palmas de las manos e invocó el Trueno Cuádruple.

Justo cuando las cadenas de rayos entre las bolas de relámpagos habían rodeado el enorme cuerpo de Cadillacia, se hicieron añicos en cuestión de segundos.

Wilbur lo siguió con otra Prisión Hexaluz.

Seis pilares de luz se alzaron alrededor de Cadillacia, formando una prisión y atrapándolo.

Cadillacia aulló y se agitó, y la Prisión Hexaluz se hizo añicos mientras seguía avanzando hacia Wilbur.

Wilbur usó todas sus fuerzas para retroceder más de 50 metros, juntando las manos y gritando: "¡Ataúd de Tierra!".

De repente, los escombros de arena y hormigón se elevaron desde el aire hacia Cadillacia.

Los escombros formaron un gran ataúd, envolviendo a Cadillacia por completo.

La forma de Cadillacia era mucho más pequeña esta vez. Había regresado a su forma primaria de unos ocho metros de altura.

Sin embargo, aparte de los cuernos de su cabeza, había dos huesos que sobresalían de su omóplato y que brillaban con un inquietante color azul.

Cadillacia tenía los ojos inyectados en sangre mientras aullaba como si hubiera perdido completamente la cabeza.

Wilbur era todo lo que ocupaba la atención de Cadillacia en ese momento. No deseaba otra cosa que aplastar a Wilbur con rabia y sangre.

Solo derrotando al enemigo en una batalla salvaje y saboreando su sangre, calmaría la rabia dentro de Cadillacia.

Tras otro aullido, Cadillacia comenzó a volar hacia Wilbur a una velocidad alarmante.

Mientras volaba, rompió los espolones óseos que crecían en su espalda. Ardieron de un rojo brillante con llamas espirituales mientras Cadillacia atacaba a Wilbur.