Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 575

Wilbur soltó una risita, luego apretó el puño derecho y finalmente utilizó algo de energía espiritual mientras golpeaba al zombi.

Con una fuerte explosión, el horripilante zombi estalló en pedazos, convirtiéndose en polvo en el aire. Mientras tanto, Wilbur alargó la mano para agarrar al hombre.

La energía espiritual del cuerpo de aquel hombre se extinguió en un instante por el abrumador poder de Wilbur. Después de eso, Wilbur lo sostuvo indefenso con una mano.

"Maldita sea. ¿Por qué tienes que forzar mi mano?", preguntó Wilbur con frialdad.

El hombre finalmente recobró el sentido y se apresuró a decir: "Señor, por favor, perdóneme. Solo intento ganar dinero con mis trucos. No he cometido ningún acto inmoral".

"¿Qué has dicho? ¿Cómo explicas la situación con el cadáver del padre de Yanfren?", reprendió Wilbur.

El hombre estaba completamente inmovilizado en las garras de Wilbur. La energía espiritual de su cuerpo parecía haberse congelado. Desesperado, suplicó: "Mientras estafaba a la gente con su dinero en la Ciudad Seecher... Quiero decir, cuando viajaba por allí, oí que Yanfren era bastante rico, así que investigué sus antecedentes. Simplemente animé el cadáver para asustarlo. Todo lo que quería era dinero fácil".

En ese momento, los devotos se quedaron estupefactos. No podían creer que su supuesto maestro resultara ser un farsante.

Wilbur se mofó y dijo: "Al menos has sido sincero. Sin embargo, utilizar trucos tan desvergonzados para ganar dinero avergüenza a todos los cultivadores. Tengo que castigarte y asegurarme de que no serás una amenaza para los demás en el futuro".

Dicho esto, Wilbur soltó al hombre y cerró el puño. En ese instante, una ola de terrible presión espiritual emanó de él.

El hombre palideció de miedo. No era más que un codicioso cultivador principiante de nivel Ambiente que sabía animar cadáveres. ¿Quién iba a pensar que se encontraría con alguien tan poderoso?

Esa tremenda energía espiritual no era algo a lo que pudiera enfrentarse.

"Señor, por favor, perdóneme. ¡No creo que merezca morir!", suplicó el hombre frenéticamente.

Wilbur solo intentaba asustarlo y darle una pequeña lección.

Si el hombre estaba dispuesto a admitir sus errores, Wilbur le daría una paliza. Si seguía siendo testarudo, Wilbur destruiría su cultivo y lo dejaría lisiado. Wilbur no pensaba matarlo.