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Joder, se habían desmayado de tanto beber.
Justo entonces, la voz de Yumi sonó desde fuera de la habitación.
"¿Está despierto, amo Penn?".
Wilbur se levantó de un salto y abrió la puerta de un tirón.
Yumi y Zenith estaban frente a él.
Wilbur se mostró incómodo. "¿Qué pasó? ¿Qué hace él aquí?".
Yumi se inclinó. "Su Majestad lo envió a casa anoche, amo Penn. Él aún quería hablar con usted, y no queríamos molestar a ninguno de los dos, así que le estuvimos esperando fuera. Aunque creo que se quedaron dormidos conversando".
Wilbur soltó un suspiro de alivio. Gracias a Dios, no había pasado nada embarazoso.
Al mismo tiempo, el emperador Tyler salió de la habitación frotándose los ojos mientras sacudía la cabeza con agonía. "La cabeza me está matando".
"Ha bebido demasiado, Su Majestad", dijo Zenith con una reverencia.
El emperador Tyler asintió con la cabeza mientras Wilbur miraba su reloj. "Debería volver ya".
Yumi asintió, y al Emperador Tyler el rostro se le desanimó de inmediato. "¿Tan pronto? Vamos, ¡acabo de hacer un nuevo amigo! ¿Qué tal si vamos por otra ronda?".
"No, no puedo. Tengo asuntos urgentes que atender. Tengo que irme". Wilbur ni siquiera se molestó en lavarse la cara, pidiendo a Yumi que lo llevara al aeropuerto de inmediato.
El emperador Tyler se quedó mirando a Wilbur mientras se marchaba, negando con la cabeza. "Qué lástima. Realmente se fue así".
"Nosotros también deberíamos regresar, Su Majestad. Déjeme que lo refresque. No será bueno para usted que lo vea la gente así", dijo Zenith.
El emperador Tyler suspiró, asintiendo con la cabeza.
...
En Ciudad Seecher, Faye corrió a la oficina con la compañía de Chester y Zeke.
No quería marcharse de la Isla del Lago Marino, pero tenía que firmar un documento importante que debía enviarse esa misma tarde.
Faye llegó a la oficina, firmó el documento y organizó el trabajo para los próximos días.
Después, se apresuraron a regresar a la Isla del Lago Marino.
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