Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 766
Sobre Viviendo con Mi Jefa Esposa - Capítulo 766
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Las dos esferas de hechizo golpearon.
El Dominio Puerta Zombi de Zeke se desintegró en cuestión de segundos, como una llama rugiente a un montón de nieve.
La Lanza Alfa de Chester acababa de formarse cuando la esfera de hechizo estaba a unos pocos centímetros, y lanzó la lanza con todas sus fuerzas.
La Lanza Alfa atravesó la esfera de hechizos, antes de fundirse en un charco que pareció desaparecer en la esfera.
La esfera de hechizos parecía un vacío capaz de absorber cualquier forma de poder o energía. Se derretía y usurpaba todos los ataques sin siquiera producir una sola vibración.
Chester y Zeke se quedaron boquiabiertos.
¿Era este el verdadero poder de un cultivador de nivel Super Santuario?
Justo entonces, las dos esferas de hechizos empezaron a girar. Dos ráfagas de llamas negras salieron disparadas, dirigiéndose hacia Chester y Zeke.
Las llamas traían consigo un aura fatal.
Ambos hombres fueron cogidos por sorpresa y apenas consiguieron defenderse con toda su energía espiritual.
Las llamas tocaron ligeramente sus escudos espirituales.
Sus escudos se desvanecieron al instante y la aterradora fuerza de las llamas golpeó a ambos hombres directamente en sus cuerpos.
La sangre brotó de sus bocas y salieron volando, apenas vivos cuando cayeron al suelo.
"Dile a Trevor Penn que voy a matar a todos a su alrededor, uno por uno. Voy a enseñarle lo que se siente perder a su familia y a sus amigos. Llévensela", dijo Angie sin emoción, dándose la vuelta para marcharse.
Los dos hombres de la última vez se acercaron y se llevaron a Faye en su coche.
Faye miró a Chester y Zeke, que estaban inmóviles en el suelo sin poder levantarse.
No resistió ni gritó.
Sabía que todo eso sería inútil, teniendo en cuenta lo débil que era.
Lo mejor que podía hacer era permanecer callada y no provocar a nadie mientras esperaba a que Wilbur viniera a rescatarla.
Claro que eso solo ocurriría si aquella gente la dejaba vivir tanto tiempo.
No estaba claro cuánto tiempo había pasado, pero finalmente el coche se detuvo al pie de una montaña.
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