Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 812

El pecho de Kory y su mujer se estremeció al oír esas palabras.

No tenían claro quién estaba siendo injusto.

Los agentes arrastraron a Jayen hasta una silla y lo tumbaron a la fuerza.

Jayen estaba totalmente amoratado y la sangre le goteaba por la nariz mientras se desplomaba contra la silla, agitado por el dolor.

Bobby y los demás hombres casi se orinan en los pantalones, se desplomaron en el suelo y algunos incluso rompieron a llorar.

Por fin, Belinda dijo la verdad.

Resultó que Jerm había colaborado con un hombre de negocios para robar la información de Kory y pedir un préstamo a su nombre por ochenta millones de dólares. Tanto Jerm como el empresario se habían repartido el dinero a partes iguales.

Al final, cuando el préstamo venció, Jerm hizo que Belinda falsificara los trámites del préstamo para que pareciera un caso de morosidad.

También habían hecho cosas similares en el pasado, solo que la seguridad bancaria se hizo más estricta en los tres años siguientes.

Fingir un caso de morosidad no iba a funcionar.

Es por eso que habían perseguido Kory para incriminarlo con la deuda.

Jerm había recurrido a muchos de sus contactos y había gastado mucho dinero para conseguirlo.

Incluso había encontrado una empresa de cobro de deudas, Jayen's, para llevar a cabo las demandas de reembolso para demostrar que había hecho todo lo posible.

Lo que le ocurriera a Kory y a su familia apenas le importaba a Jerm.

Belinda lo reveló todo, sin atreverse a ocultar un solo detalle en presencia de la autoridad de Wilbur.

Kory se puso furioso tras oír la verdad.

Esos bastardos apenas veían a la gente normal como Kory como seres humanos.

Harían lo que hiciera falta para salir de apuros, aunque le costara la vida a un inocente.

"¡Ustedes son unos animales!". Kory no pudo evitar gritar, poniéndose en pie.

Belinda bajó la cabeza, sin atreverse siquiera a mirarle a los ojos.

Jerm también asintió furiosamente. Lo único que ambos querían era ser castigados por la ley y no tener que pasar ni un segundo más aquí con este monstruo.

El pecho de Jayen se agitó mientras roncaba: "Es culpa mía, señor. Por favor, déjeme marchar".

Wilbur hizo una mueca fría, sin decir nada mientras miraba con frialdad.

Las tres personas temblaban ante él, aterrorizadas de que Wilbur fuera a sellar su destino allí mismo.

Al final, sin embargo, Wilbur pareció aburrirse y se dio la vuelta para marcharse.

En la puerta, dijo: "Ustedes pueden ocuparse del resto. Estoy un poco cansado".

Tras decir esto se marchó.

Faron y Elsa intercambiaron miradas.

Faron gritó: "Arresten a Jerm Donner y Belinda Hogan e interróguenlos durante la noche".