Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 935

Era tarde por la noche.

Christopher llegó al hospital. Miró a Wilbur y como este no le dijo nada, esperó en silencio en una esquina.

El incidente con Tiff causó al instante un revuelo entre los peces gordos de Aroma.

No podían creer que Samson Honard y Sharon Taver le habían roto la pierna a la mujer de Trevor Penn y que esta casi había muerto.

Era una noticia de última hora para ellos.

Trevor Penn era legendario en Aroma.

Se preguntaban por qué se atreverían a meterse con su mujer.

Sentían que se derramaba sangre cuando un hombre se enfadaba.

Sentían que podría bañar las calles de Aroma con sangre, no era imposible para una entidad como Trevor.

Los peces gordos buscaron a Christopher rápidamente para discutir estrategias.

Christopher no dijo nada. Se apresuró a ir solo al hospital.

Lo único que podía hacer era esperar.

Wilbur tenía la última palabra sobre quién vivía o moría.

'¿Discutir? ¿Creen que una discusión puede resolver este problema? No es cuestión de una discusión', pensó Christopher.

Siete horas más tarde, Tiff fue empujada fuera de la sala de emergencias.

Wilbur estaba a su lado.

Ella recobró el conocimiento. Miró a Wilbur y esbozó una sonrisa irónica.

El médico dijo nervioso: "S-Señor, la operación ha sido un éxito. La señorita Kirk podrá caminar con normalidad tras unos meses de recuperación. No tendrá ninguna discapacidad".

Wilbur asintió y cogió el carrito. La empujó hasta la habitación del hospital y luego la cargó hasta la cama del hospital antes de bajarla con suavidad.

"Fuera", dijo Wilbur con indiferencia.

El médico y las enfermeras se apresuraron a marcharse.

Trevor se hizo un nombre en Aroma.

El médico estaba demasiado asustado para funcionar, temía cometer un error.

Wilbur le acarició el pelo a Tiff y sonrió. Le dijo: "No pasa nada. Descansa".

Wilbur sonrió y dijo: "No te preocupes, lo arreglaré todo".

Tiff suspiró. No sabía qué hacer.

Sin embargo, se sentía feliz por dentro.

'No lo está haciendo solo por placer. ¡Él se preocupa por mí!", pensó.

Wilbur la empujó fuera de la habitación del hospital. Christopher, que esperaba en la puerta, se inclinó inmediatamente.

Llevaba allí tres días y tres noches.

Wilbur no lo vio y empujó a Tiff fuera de la habitación.

Christopher lo siguió rápidamente.

"Diles a todos que vengan a mi habitación", dijo Wilbur mientras caminaba.

Christopher respondió: "Todos están en el hotel, señor. Lo han estado esperando todo este tiempo".

"¿Señor?". Tiff giró la cabeza y miró desconcertada a Wilbur.

Se preguntó por qué él lo había llamado señor. Todo aquello le resultaba muy extraño.