Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 1162

El hombre al frente del grupo se inclinó ante Zachary y dijo en un tono reverente: “Señor Connor, ¿podemos llevarnos a la Señorita Larson ahora?”.

Zachary asintió en silencio.

Los cuatro hombres se dirigieron inmediatamente al lado de la cama, envolvieron a Lorraine en una manta y la cargaron. Luego, la colocaron en la silla de ruedas y la sacaron de la sala.

Charlotte permaneció parada en silencio detrás de Zachary todo ese tiempo, observando en silencio cómo se desarrollaba todo.

En ese momento, supo más que nunca que Zachary era un hombre que trazaba una línea clara entre el amor y el odio, aparte de ser frío y decidido.

Como había decidido romper lazos con Lorraine, la trataba como a las celebridades y socialités que se tiraban encima de él, con una actitud fría y despiadada.

¡Esto también significaba que, en el corazón de Zachary, Lorraine ya no existía!

Zachary salió de la sala.

Garrison se apresuró y bloqueó su camino.

“¡Zachary! ¿Cómo puedes ser tan inhumano? Lory está sufriendo ahora mismo. En un momento en que ella necesita más cuidado, no solo no has mostrado ninguna preocupación por ella, ¡sino que incluso te la quieres llevar para divorciarte! Incluso si no la amas, al menos podrías ser lo suficientemente caritativo como para mostrarle algo de simpatía, ¿verdad? ¿Por qué debes pisotearla de esta manera?”.

“¿Oh?”.

Zachary levantó sus cejas oscuras y bien formadas.

“Tú y Lorraine sin duda son hermanos. Hablas igual que ella”.

Garrison se quedó sin palabras.

Zachary sonrió.

“Ahora que hablas de caridad, si me encuentro con un mendigo, antes de mostrarle caridad, primero vería si ese mendigo merece mi caridad. ¡Ella no!”.

“¡Tú!”. La garganta de Garrison tembló y sus ojos eran como llamas. “¡Zachary, estás yendo demasiado lejos! Independientemente de cómo lo mires, Lory solo hizo todo eso por ti. ¿Cómo podrías compararla con una mendiga?”.

“¿Realmente hizo todo eso por mí?”.

Zachary era sorprendentemente fuerte. Ese empujón hizo que Garrison se tropezara unos pasos hacia atrás. Luego, aterrizó sentado junto a Jebediah, como una piedra.

Zachary se negó a dirigirle otra mirada. Se incorporó y siguió adelante.

Lorraine, que estaba sentada en la silla de ruedas, no tenía expresión en su rostro. Sus ojos estaban aturdidos y vacíos, como los ojos de una muñeca sin alma.

Jebediah, por otro lado, que estaba sentado en el suelo, se parecía a Lorraine: demacrado, lleno de desesperación y sin vida…

Charlotte no siguió a Zachary. En cambio, se acercó a Jebediah, levantó la mano y la agitó frente a sus ojos.

“¡Oye! ¿Vas a sentarte aquí y seguir mirando al vacío para siempre?”.

Jebediah no levantó la cabeza para mirarla. Sus ojos miraban su mano con aturdimiento.

“Sabía que esto pasaría… Todo lo que hice fue por ella, pero ahora me odia más que nunca. Ella se tragó una pastilla abortiva justo frente a mí como venganza por lo que hice y me hizo ver cómo nuestro bebé se convertía en un charco de sangre”.