Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 458

“Probablemente vas a preguntar ‘¿Pensé que te había echado de esta casa? ¿Por qué estás aquí con el equipaje que te envié?’ ¿No es así?”.

Los ojos de Zachary brillaron con confusión.

Charlotte se obligó a mirarlo a los ojos sin temblar.

“Bueno, no tienes que preguntar. Solo te lo explicaré. No hace mucho, te superé en una carrera y aceptaste a no exigir el divorcio por ese malentendido. Por eso, esta villa sigue siendo nuestro hogar y debería quedarme aquí. No me iré, y no intentes echarme”.

Los labios perfectos de Zachary se curvaron en un ángulo casi imperceptible. “Entendido”.

'¿Qué?'.

Charlotte pensó que él la cuestionaría con enojo. ¡Ella incluso había preparado una serie de explicaciones, lista para discutir con él! Pero al final, ¿él estaba de acuerdo?

Charlotte decidió dejarlo mientras estaba de frente. “Muy bien, no te molestaré. Has pasado hambre durante cuatro días. Disfruta tu comida”.

Ella se dirigió rápidamente a las escaleras tan pronto como dijo esto.

Ella tenía tanta prisa por salir de la vista de Zachary que pisó mal mientras subía las escaleras y se cayó, arrodillándose en los escalones.

Zachary sintió un tirón en las fibras de su corazón y dejó caer el cuchillo y el tenedor al suelo.

“¿Está bien, señora?”. La criada, que estaba caminando al frente con el equipaje de Charlotte, se dio la vuelta rápidamente para ayudarla.

“Cof, cof. Solo me resbalé. Fue un accidente. Estoy bien…”. Charlotte se puso de pie, sintiéndose un poco avergonzada mientras respondía.

Zachary, que se había tensado mucho, se relajó gradualmente. Luego, su rostro volvió a su fachada inexpresiva y helada.

“Mm. Oh, señora, está embarazada. Debe tener cuidado al caminar. No se apresure tanto. ¿Y si se hubiera caído aún más fuerte? Usted… ¡Ah! ¡Señora, sus pantalones! ¡Está sangrando!”. La criada se tapó la boca con las manos para evitar gritar.

Charlotte bajó la mirada. Ella era propensa a desmayarse al ver sangre, por lo que cuando vio el área entre sus piernas, donde había una gran mancha roja de sangre, inmediatamente se sintió mareada. Su cabeza se echó hacia atrás y se derrumbó por las escaleras.