Amor Adictivo de CEO romance Capítulo 525

Cuando Charlotte regresó al Distrito del Divino Santuario, un hombre de mediana edad con un traje blanco estaba parado frente a las ventanas francesas.

Al ver que Charlotte entraba a la mansión por la puerta principal, el hombre se enderezó el corbatín y la saludó. “Señorita Simmons, por favor déjeme presentarme. Mi nombre es Tito Ortiz. Soy un abogado. Me puede llamar Señor Ortiz, Tío Ortiz, Viejo Ortiz… Jeje, en fin, puede llamarme como prefiera. No es gran cosa para mí”.

'¡Espera un minuto! ¡Tito Ortiz! ¿No es el abogado número uno del mundo de nivel platino? Escuché que ha estado en la industria durante 23 años y nunca ha perdido una sola demanda. Además, su reputación y repertorio son tan prestigiosos que ninguna persona común podría contratarlo como su representante'.

Pero, al mirar a este hombre de mediana edad guapo, respetuoso y llevadero…

Los ojos de Charlotte parecían confusos. “Lo lamento, esto puede sonar un poco ofensivo e incómodo, pero ¿tienes el mismo nombre que el legendario abogado de nivel platino en el campo legal?”.

El hombre se rio entre dientes y se ajustó ligeramente sus gafas de montura negra con los dedos. “Hasta donde yo sé, soy la única persona que usa este nombre en el campo legal, así que soy el legendario abogado de nivel platino que acabas de mencionar”.

“¡Oh Dios!”. Charlotte primero gritó de miedo, luego se palmeó la frente vigorosamente para reprimir la conmoción que estaba enfrentando.

“Mmm… Tío Platino… Eh, quise decir, abogado de nivel platino, ya que has venido a mi casa a buscarme, ¿hay algo en lo que pueda ayudarte? ¿He cometido algún delito y estás aquí para detenerme?”.

“Señorita Simmons, creo que es necesario que le comparta un poco de sentido común legal. En primer lugar, los abogados solo somos responsables de defender a nuestros clientes y no tenemos derecho a arrestar a nadie. En segundo lugar, según la ley, dado que fui recibido en su casa, mi llegada y estancia deben haber sido aprobadas por el propietario de la mansión. De lo contrario, esto se consideraría una entrada ilegal”.

En lo que respecta al conocimiento jurídico, Tito se volvía solemne y estricto.

Charlotte parecía haber captado algo de la explicación. “Entonces, Zachary te pidió que vinieras, ¿verdad?”.

“Pero, he escuchado que nunca has perdido una demanda. No aceptarías una demanda si no estás seguro de tus posibilidades, ¿verdad? Entonces, dado que aceptaste el caso, definitivamente ganarás, Lorraine no lo logrará, ¿verdad?”.

“Esto, no es…”. Pensando en lo que Zachary le había hecho, los ojos de Tito se llenaron de desgana.

“Señorita Simmons, realmente no quiero decirle todo esto con palabras dulces. Usted estranguló violentamente a la Señorita Larson hasta que sufrió un aborto espontáneo. La demandante ha presentado todo tipo de pruebas y testigos. Sin duda, perderá esta demanda, y este caso se convertirá en la primera derrota en mi vida”.

Charlotte estaba sorprendida y perpleja, mientras que Tito parecía amargado e irónico.

En la profesión legal, cuanto más alto es el estatus del abogado, más apreciaban su reputación. Las personas como él, que nunca habían perdido antes, tienden a ser más cautelosas a la hora de elegir qué demanda entablar. Uno nunca pondría las manos en un caso que no tuviera posibilidades de ganar, sin importar cuánto dinero estuviera dispuesto a pagar el cliente.