Ayer me despreciaste por coja, hoy me deseas por reina romance Capítulo 93

Carlota tomó el sobre de documentos, buscando la dirección del remitente.

Al mirar de nuevo, notó que la tinta se había desvanecido.

Quien lo envió había sido muy cuidadoso, usando un bolígrafo borrable.

—¡Pum!— Con furia, barrió el plato de frutas del buró, estrellándolo contra el suelo.

Apretó los dientes y soltó con rabia:

—¡Gregorio!

—¿Así que te quieres morir, verdad?

En todo Solsepia, era bien sabido que Gregorio adoraba a Sonia, que nunca permitiría que le pasara nada.

De niños, los dos hermanos habían dependido el uno del otro por mucho tiempo.

Gregorio, como hermano mayor, había terminado obsesionado con proteger a su hermana.

Ahora entendía por qué, después de aquel escándalo en la comisaría, Gregorio no había hecho ningún movimiento.

No era que no se moviera; era que ya tenía todo preparado para deshacerse de ella.

Montaña Esmeralda era territorio de la familia Tamez. Y la familia Tamez, una de las más poderosas y respetadas de Solsepia. Si ella realmente moría en Montaña Esmeralda, los medios se quedarían callados, y la familia Mariscal probablemente tampoco querría enemistarse con los Tamez.

Solo quedaría morir en silencio.

Como una rosa que se marchita.

Sin que nadie pudiera reclamarle a nadie.

La jugada de Gregorio era despiadada.

Había enfocado la atención de todos en Beatriz. Si no fuera por esa foto, jamás habría sospechado que Gregorio estaba involucrado en todo esto.

Carlota llamó por teléfono a Regina y le pidió que trajera a Lucas.

Cuando les entregó la fotografía, su mirada ardía de coraje, lista para estallar.

Cada palabra que salió de su boca parecía una daga lanzada hacia Gregorio:

—Fue Gregorio quien me empujó por la montaña.

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