—Puede que no sepas esto, pero el padre de Eloy recibió un ascenso. Ahora es el jefe del Consejo de Distrito. Así que todos debemos esperar a que llegue.
—Ni los logros de Juan, ni los antecedentes de la familia de Lina, se comparan con la influencia de Eloy.
La expresión parecía exagerada, pero era la verdad. No todos estaban familiarizados con el concepto de la jerarquía social durante sus años en la universidad, pero ahora, después de unos años trabajando en la sociedad, cayeron en la cuenta de la autoridad que ostentaba un oficial de alto rango en los departamentos del gobierno, en especial el jefe de un distrito. El estatus de ser el hijo del jefe de un Consejo de Distrito superaba todos los demás logros personales combinados de la sala, porque el poder siempre será más codiciado que el dinero.
Al momento, todos se pusieron en pie al oír voces procedentes del pasillo. Juan estaba muy excitado, pues él sería el primero en recibir a Eloy.
Eloy vestía lujosamente: traje Armani, cinto Gucci, camisa Versace, reloj de pulsera Patek Philippe… Los artículos que llevaba encima sumaban millones. Una hermosa dama con esbelta figura de modelo lo acompañaba. Su figura voluptuosa y sus piernas largas envueltas en medias negras dejaron a todos boquiabiertos en el salón.
—Eloy, ¡al fin llegas! —Juan lo recibió emocionado con un abrazo de oso.
—Veo que te va bien, Juan. Ya llevas un reloj Omega —dijo Eloy sonriendo al ver el reloj de pulsera de Juan.
—¿No vas a presentarnos a esta bella dama, Eloy? —dijo Juan mirando a la hermosa chica junto a Eloy.
—Es solo una chica cualquiera —contestó Eloy con despreocupación. No le importaba establecer una relación formal, pues cambiaba de pareja con frecuencia.
A Germán le brillaron los ojos.
—¡Es una modelo! La he visto antes en televisión.
La mujer actuó aún más arrogante cuando Germán reconoció su fama.
Otros se limitaron a observar a Eloy con envidia. «¡Con la facilidad que puede poner sus manos en una modelo que nosotros solo podemos ver en televisión!».
Germán se adelantó ansioso.
—¿Me recuerdas, Eloy? Soy Germán. En el pasado solía pelear por ti…
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