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Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 245

Quintín se dio una cachetada tras otra, el sonido de los golpes resonaba en la habitación.

Joana seguía impasible.

Tomó sus cosas y salió del cuarto de mediación sin mirar atrás.

Aunque los tres tenían una razón válida para entrar al fraccionamiento, el haber irrumpido a la fuerza hacía que la situación de Karina y Quintín fuera mucho más grave.

No había manera de que se libraran de pasar una temporada tras las rejas.

...

De regreso, Joana se subió al carro de Arturo. Apenas se acomodó, le dio las gracias y, de pronto, añadió:

—Por cierto, ya te transferí el dinero.

Antes, para ayudarla y darle una lección a los otros, Arturo había ofrecido un alquiler mucho más alto que el precio habitual de la zona.

—¿Tan apurada por pagarme? ¿Srta. Joana es de las que usan y tiran? —Arturo la miró, sus ojos grises ocultaban una chispa de humor. Después, alargó el brazo y lo apoyó detrás de su cabeza.

La cara de Joana se descompuso y replicó:

—No es eso, no pienses mal.

Recordó al muchacho de años atrás; antes no tenía esa lengua tan filosa.

Arturo soltó una leve risa y decidió no seguir fastidiándola.

—Mi abuelo va a salir del país con mi hermano y su esposa. Carolina se va a quedar aquí.

Los ojos de Joana brillaron de emoción.

Arturo notó que ella no parecía incómoda, así que continuó:

—Ella come poco y puede regresar sola de la escuela. Solo hace falta que le des de comer dos veces al día. ¿Srta. Joana, puedes recibirla en tu casa? Esos cincuenta mil serán por el hospedaje.

—¡Claro que sí! —respondió Joana con una sonrisa de oreja a oreja.

Al principio temía que Arturo, después de pagarle, no llegara a vivir ahí.

Pero ahora que de verdad se iba a mudar, le daba hasta más miedo.

Mientras se debatía entre aceptar o no, de repente le ofrecieron esa solución perfecta.

Arturo apretó la mandíbula en silencio.

Así que la pequeña sí puede quedarse, pero el grande, no ¿verdad?

...

En el hospital.

—¿Y eso? ¿Cómo terminaste así de golpeado, y encima en tu propio bar? —Fabián tomó asiento en el sofá, mirando sorprendido a Lorenzo, que yacía en la cama con heridas graves.

Lorenzo era reconocido no solo como diseñador, también tenía varias propiedades a su nombre.

El bar donde ocurrió todo era uno de sus negocios más rentables.

Capítulo 245 1

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