De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 112

Tras disfrutar un momento del aroma, Tobías esbozó una sonrisa pícara. —Claro, mi amor.

La cercanía de Tobías era abrumadora. Belén intentó apartar su mano, pero él la abrazó con más fuerza. —Mi amor, nos está viendo mucha gente, dame un poco de chance, ¿no?

Belén bajó la mano y lo dejó hacer. Al fin y al cabo, era solo un cuerpo, y un simple abrazo no era gran cosa.

Sin embargo, para Edgar y Lucas, esa escena era una provocación en toda regla.

Edgar, incapaz de contenerse, estalló. —¡Sinvergüenza! —le gritó a Tobías.

La voz no fue baja, y Tobías la escuchó. Pero en lugar de enfadarse, soltó una carcajada, lo que aumentó la provocación.

De repente, Edgar se dirigió a Belén. —Belén, ¿sabes cuántas mujeres tiene Tobías?

Belén se detuvo y respondió con voz neutra: —No lo sé.

Edgar sonrió. —¿Crees que por estar con él vas a tener una buena vida? Te lo digo sin rodeos, no eres más que una de sus muchas rosas.

Belén guardó silencio.

Edgar, creyendo que su silencio se debía al pánico, estaba a punto de continuar, pero Tobías se interpuso. —Señor Edgar, me conoce tan bien… ¿será que yo también soy una de sus muchas rosas?

Edgar lo miró con desdén. —¿Quién está hablando contigo?

Tobías enarcó una ceja, divertido. —¿Qué pasa? ¿Ya te ofendiste?

La expresión de Edgar se endureció. —¡Tobías! —gritó su nombre.

—Si a él le gusta, que lo disfrute —respondió Fabián con indiferencia.

Edgar quiso decir algo más, pero Fabián ya se había ido, dejando claro que no quería seguir hablando del tema.

Lucas se acercó y le dio una palmada en el hombro. —Fabián sabe lo que hace. No te preocupes tanto. A Fabián nunca le ha gustado Belén, así que esto quizás no sea tan malo.

Edgar frunció el ceño. —Pero a Cecilia le gusta…

—Al fin y al cabo, es su madre —suspiró Lucas.

—¿Qué clase de madre es? —refunfuñó Edgar—. Para mí, la única que merece ser la madre de Cecilia es Frida. Y la única que merece estar al lado de Fabián es Frida.