Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1179

Micaela se sorprendió un poco, todavía no había pedido nada. ¿Quién lo había hecho por ella?

La enfermera le colocó una mesita sobre la cama y le sirvió un nutritivo consomé de pollo con avena, acompañado de tres guarniciones frescas. Además, también le trajo la cena del menú del hospital.

—Esto… —Micaela miró a la enfermera—. ¿Quién lo pidió?

La enfermera sonrió y explicó:

—Esta es la cena del hospital que le pidió el señor Enzo, y el consomé lo trajeron de fuera. Se lo he traído todo junto.

Micaela sintió una mezcla de emociones. El nombre en el envase del consomé era el del lugar donde solía pedirlo siempre. Cuando la enfermera se fue, Micaela dudó un momento antes de tomar la cuchara. El aire se llenó de un aroma familiar. Probó un poco; el sabor era el mismo que recordaba.

Lo único que había cambiado era ella.

Micaela tomó su celular y revisó los últimos mensajes con Anselmo. Según sus cálculos, llevaban treinta y ocho días sin contacto.

La herida le volvió a doler de repente. Aguantó las punzadas de dolor y levantó la vista hacia el cielo nocturno. Otro verano estaba a punto de llegar.

«¿Pero cuándo volverá él?».

Escribió un mensaje preguntando por él, pero dudó un buen rato antes de enviarlo. No sabía qué estaba haciendo en ese momento, si estaba en una misión o luchando a vida o muerte contra el enemigo. En el campo de batalla, cualquier factor podía cambiar el curso de la contienda.

Micaela tragó saliva y finalmente borró el mensaje.

Después de cenar, habló con su hija por teléfono, diciéndole que estaba de viaje de negocios para no preocuparla. Pilar se lo creyó por completo. Más tarde, Verónica le trajo su laptop y se quedó un rato charlando con ella antes de irse.

Como había dormido por la tarde, Micaela no tenía sueño, así que encendió la computadora y se puso a trabajar. Jeremías y Tadeo habían completado el experimento de la tarde y habían recolectado los datos que necesitaba.

***

A la mañana siguiente, mientras Micaela tomaba su medicina, le llegó un mensaje de Franco.

[Señorita Micaela, ya hemos despegado con el señor Gaspar.]