Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1180

Enzo se dio la vuelta para contestar la llamada. Verónica se dio cuenta de que se había dejado el celular en la habitación.

—Micaela, espérame un momento, se me olvidó el celular.

Micaela asintió y escuchó la voz de Enzo.

—Señorita Samanta, ¿qué se le ofrece?

Micaela no pudo evitar girarse para mirarlo y lo escuchó mantener un tono profesionalmente educado.

—El señor Gaspar está de viaje de negocios en el extranjero. No me es posible revelar los detalles de su itinerario.

—Por el momento, no puedo contactar con el señor Gaspar, lo siento.

—¿Una lista de regalos? —la voz de Enzo sonó sorprendida—. ¿A qué tipo de regalos se refiere, señorita Samanta?

—Lo siento, pero no puedo tomar esa decisión en nombre del señor Gaspar. Será mejor que espere a que regrese al país para hablarlo con él.

No se sabe qué dijo Samanta al otro lado, pero la voz de Enzo ya mostraba cierta impaciencia.

—Entiendo su situación, pero no tengo autoridad para intervenir en los asuntos personales del señor Gaspar. Lo siento, tengo cosas que hacer.

Enzo fue el primero en colgar. Al darse la vuelta, se sorprendió al ver a Micaela de pie justo detrás de él. Inmediatamente, se sintió en la necesidad de explicar:

—Señorita Micaela, la señorita Samanta estaba buscando al señor Gaspar. Quería presentarle una lista de regalos, de acuerdo con los términos del contrato.

Micaela recordaba que, efectivamente, el contrato entre Gaspar y Samanta estipulaba regalos en fechas determinadas.

Antes de que Micaela pudiera decir nada, Enzo se apresuró a añadir:

—Señorita Micaela, en realidad, los regalos que el señor Gaspar le ha dado a la señorita Samanta a lo largo de los años han sido simplemente para cumplir con las cláusulas del contrato. Y cada vez, he sido yo quien se ha encargado de gestionarlos por ella.

—Enzo, no tienes que explicar nada —lo interrumpió Micaela—. Estamos divorciados, sus asuntos personales no me conciernen.