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Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1242

Aunque no fuera ella quien lo pidiera, lo haría la familia Villegas. Ante esa perspectiva, Micaela decidió ser ella quien diera el paso.

—Sí. Sé que es repentino, pero… si estás dispuesto a ayudar, puedo prometerte una cosa a cambio. Mientras esté a mi alcance y no vaya en contra de mis principios, haré lo que me pidas.

Al terminar de hablar, sintió que las mejillas le ardían aún más. Era casi como un trueque, uno que la dejaba en una posición vulnerable.

Al oír sus palabras, la mirada de Gaspar se oscureció de repente, como si una piedra hubiera caído en un estanque profundo, creando ondas concéntricas. Dio un pequeño paso hacia adelante, acortando la distancia entre ellos. La miró fijamente y, con voz grave y lenta, preguntó con un matiz de peligrosa curiosidad:

—¿Cualquier cosa?

El repentino acercamiento de Gaspar y su pregunta cargada de intención la pusieron visiblemente nerviosa. Micaela retrocedió medio paso instintivamente, se mordió el labio inferior y, esforzándose por mantener la calma, le sostuvo la mirada.

—He dicho que dentro de lo que esté a mi alcance y no vaya en contra de mis principios…

Gaspar captó el pánico fugaz en sus ojos. Sabía lo que le preocupaba: que le pidiera algo inapropiado, como que se entregara a él.

La intensidad en su mirada se disipó gradualmente, dando paso a una emoción más compleja. Se dio la vuelta, caminó hacia el refrigerador, sacó una botella de agua fría y regresó mientras la abría.

—El asunto del chip, déjamelo a mí.

Bebió un sorbo de agua y continuó, su voz ya sin ese tono apremiante, sino con una fuerza que inspiraba confianza.

—Me pondré en contacto con Aztlán Micro. Lo tendré listo para ti en tres días, como máximo.

Enfatizó las palabras: *para ti*.

En otras palabras, estaba dispuesto a ayudarla por ella.

Micaela levantó la cabeza bruscamente, con una expresión de sorpresa e incredulidad.

—¿Tres días? ¿De verdad?

—Sí —respondió Gaspar. Su mirada se posó en la emoción de su rostro y añadió—: El costo se cubrirá con los fondos del proyecto. No tienes que pagarlo tú.

Micaela parpadeó. ¿Lo cubriría con los fondos del proyecto?

Gaspar dio otro paso hacia ella, fijando de nuevo su mirada en la de ella, y dijo con un tono tranquilo pero innegociable:

—En cuanto a esa promesa que hiciste…

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