Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1307

Gaspar la observaba en silencio, con una mezcla de emociones. En ese momento, deseó con todas sus fuerzas que alguien más pudiera verla. Estaba seguro de que, si viera a Micaela así, se sentiría inmensamente orgulloso.

Esa persona era su suegro, Kevin Arias.

Ella había heredado a la perfección el talento, la tenacidad y la pasión por la ciencia de su padre.

En ese instante, Micaela dominaba la sala con confianza y serenidad, respondiendo con fluidez a los representantes del ejército y ganándose su aprobación una y otra vez.

De repente, el celular de Gaspar vibró. Lo miró y se levantó para salir por la puerta trasera de la sala de juntas.

Encontró un lugar tranquilo en el pasillo y contestó.

—Doctor.

—Señor Gaspar, lamento molestarlo —dijo la voz de Ángel—. Hemos contactado a la señorita Samanta varias veces, como estipula el contrato, para que cumpla con su obligación de donar sangre, pero siempre se ha negado con diferentes excusas. Hoy, directamente, ha dejado de contestar nuestras llamadas. Las reservas de sangre en el laboratorio están en un nivel crítico.

El rostro de Gaspar se endureció al instante.

—Entendido. Yo me encargo.

Aunque la investigación de Micaela había resuelto la raíz del problema, los estudios no se habían detenido. Gaspar necesitaba continuar con esa línea de trabajo.

—Muchas gracias, señor Gaspar —dijo Ángel antes de colgar.

Gaspar buscó el número de Samanta y la llamó directamente.

El teléfono sonó un par de veces antes de que la voz deliberadamente lánguida y seductora de Samanta respondiera.

—¿Gaspar? Qué sorpresa. Es raro que me llames tú.

—¿Por qué no respondes a las llamadas del laboratorio de Ángel? —preguntó Gaspar sin rodeos, con un tono gélido.

Samanta guardó silencio por un par de segundos.

—Últimamente no me he sentido bien, no estoy en condiciones de donar sangre.