Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 135

—Voy a pedirle al mesero que te consiga un espacio privado, para que puedas comer algo —dijo Gaspar.

—No hace falta, yo...

—Eres propensa a la baja de azúcar, tienes que comer tus tres comidas a tiempo —insistió Gaspar y, volviéndose hacia un mesero, añadió—: Acompaña a la señorita a un salón privado para que cene tranquila, la cuenta va por mi parte.

—De acuerdo, señor Gaspar —respondió el mesero con una sonrisa, invitando a Samanta a seguirlo por otro pasillo.

...

Micaela regresó también a la mesa privada. Adriana ni siquiera la miró, y en sus ojos se notaba su molestia.

Gaspar entró poco después.

La mesa estaba repleta de comida deliciosa. Florencia se dirigió a Gaspar:

—Gaspar, sírvele una sopa a Micaela para que empiece.

Gaspar estaba a punto de acercarse, pero Micaela se adelantó, poniéndose de pie.

—Abuelita, puedo servirme yo sola.

—Hazle caso a Pilar y deja que Gaspar te ayude —insistió Florencia.

Pero Micaela no quiso que él se encargara y se sirvió una sopa para darle de comer a su hija.

—Bueno, ¡a comer! Hoy hay platillos nuevos, vamos a ver qué tal están —comentó Damaris, animando a todos.

Adriana había planeado traer a Samanta para incomodar a Micaela, pero le molestó que su hermano mayor la detuviera. No pensaba volver a ser amable con Micaela, sobre todo después de que ocultara lo del medicamento especial y la hiciera pasar una vergüenza.

...

Cuando terminaron de cenar, la familia salió hacia la entrada del restaurante. Gaspar llevaba a su hija en brazos, mientras Micaela acompañaba a Florencia. Adriana miraba de reojo la espalda de Micaela, hasta que algo llamó su atención.

La liga de cuero de Micaela.

Ese lazo azul claro.

De repente, Adriana se adelantó y, sin aviso, le quitó la liga del cabello a Micaela. Su larga melena cayó sobre sus hombros. Micaela se giró, sorprendida, mirando a Adriana.

Adriana examinó la liga en sus manos, y su expresión se puso tensa, como si acabara de descubrir algo desagradable.

—¡Adriana, ¿qué te pasa?! —preguntó Damaris, confundida por el comportamiento de su hija—. ¿Por qué le quitas la liga a Micaela?