Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 152

...

Eran las diez de la mañana.

Micaela recibió una llamada de Ramiro. Él había preparado un informe de investigación y le pidió que fuera a platicar sobre el asunto.

Sin perder tiempo, Micaela se dirigió al laboratorio. Detrás de su carro, el vehículo de los guardaespaldas la siguió sin demora.

Al entrar al vestíbulo del laboratorio, todos los que la reconocieron la saludaron con entusiasmo.

Hacía una semana que Micaela no iba al laboratorio, así que no tenía idea de que en ese momento, tanto en el edificio como en la facultad de medicina, circulaban rumores sobre ella.

Apenas cruzó el pasillo, se topó de frente con Lara y Verónica, quienes iban rumbo a una reunión. Las tres casi chocan al doblar la esquina.

Verónica, sorprendida, soltó:

—Micaela, ¿qué haces aquí? ¿También vienes a la reunión?

Antes de que Micaela pudiera responder, Lara intervino con tono seco:

—La maestra no la invitó.

—Vengo a buscar a Ramiro —contestó Micaela, sin darle demasiada importancia.

Verónica la miró con una expresión misteriosa y luego le dijo a Lara:

—¡Vámonos, rápido! No vaya a ser que la Sra. Zaira se impaciente.

Antes de irse, Verónica miró a Micaela de reojo, sonriendo con un aire triunfante:

—Nosotras nos vamos a la reunión, ¿eh, Micaela?

En esas simples palabras, Verónica dejó claro que ya era parte del equipo de Zaira. Aunque solo era asistente, eso bastaba para que se sintiera realizada.

...

Micaela llegó hasta la puerta de la oficina de Ramiro, tocó suavemente y entró. Él la recibió con una sonrisa:

—Ven, quiero mostrarte algo.

La condujo a su laboratorio, donde acababa de obtener avances con uno de sus pacientes con cáncer.

—Mica, lo que mencionaste sobre el futuro de la IA y la tecnología de células virtuales... eso de simular el comportamiento de las células tumorales para diseñar medicamentos más precisos, tiene mucho potencial. Quisiera proponer una investigación a fondo en esa área.

Los ojos de Micaela brillaron de emoción.

—Ramiro, eres increíble.

Ramiro se encogió de hombros, algo apenado:

—Fue tu idea la que me inspiró. Pero mis conocimientos técnicos aún no alcanzan para una simulación tan precisa. Mica, te quiero pedir que te unas oficialmente a nuestro equipo. Al final, esta teoría es tuya y tú tienes más posibilidades de hacerla realidad.