Ramiro también tenía ganas de separar a los dos, porque ese tipo que estaba aprovechándose de Micaela no era otro que su compañero mayor de la universidad, Noé.
Noé apenas abrazó a Micaela por cortesía, y ella, aunque transmitía una calidez genuina, dejaba muy claras sus fronteras.
Los ojos de Noé no se despegaban de Micaela, analizándola de arriba abajo.
—Me imaginaba que eras una chica linda, pero nunca pensé que fueras todavía más guapa de lo que había imaginado.
Micaela lo miró sin perder la compostura.
—Me alegra que hayan venido a compartir con nosotros sus ideas y conocimientos.
—El gusto es todo nuestro —respondió Noé, relajando los hombros.
Micaela alzó la vista y buscó a Jacobo. En el escenario no había tenido oportunidad de saludarlo, pero ahora, al verlo aún presente, le dedicó una sonrisa radiante. Jacobo le respondió con una sonrisa leve y un cabeceo discreto.
Samanta, que estaba cerca, atrapó ese intercambio de miradas. Su sospecha se volvió aún más fuerte.
Sus labios se curvaron con picardía. Ya verás, pensó, a alguien le va a dar celos esto.
Gaspar, Samanta, Lionel y Jacobo se despidieron y se fueron. Verónica quiso acercarse a felicitar a Micaela, pero Lara le lanzó una mirada que la hizo cambiar de idea y se la llevó a otro lado.
En ese momento, algunos directivos de la escuela se acercaron a felicitar a Micaela. Platicaron un par de minutos con ella antes de que su celular comenzara a sonar. Micaela vio el nombre de Zaira en la pantalla, así que contestó de inmediato.
—¿Bueno? Señora Zaira, ¿cómo está?
Zaira había visto la transmisión en vivo de todo el discurso de Micaela, y en ese instante sus emociones estaban a flor de piel.
—Parece que Kevin te enseñó muy bien. Tu discurso fue mucho mejor que el mío, te lo aseguro —la felicitó Zaira, con una voz llena de orgullo.
...
Lara, arrastrando a Verónica, alcanzó a Gaspar y Samanta, que iban saliendo.
—Señor Gaspar, ¿podría darme dos minutos? Tengo un asunto laboral que quisiera consultarle —pidió Lara, con tono formal.
Samanta le sonrió.
—Si tienes algo que decir, dilo aquí mismo.
Gaspar asintió, mostrando toda la paciencia del mundo, y se quedó observando a Lara.
Por su parte, Verónica se puso tan nerviosa que se le encendieron las mejillas. Era la primera vez que estaba tan cerca de Gaspar y, al ver lo atractivo que era en persona, su corazón se le aceleró sin remedio.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Divorciada: Su Revolución Científica