Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 264

Micaela arrugó la frente.

—No me lo niegues, ya me enteré de todo —aventó Adriana, soltando una risa cargada de desprecio.

—No tengo por qué contarte detalles de mi vida privada —respondió Micaela, con calma.

—Él y mi hermano son amigos desde la primaria, son como uña y mugre. Tú sabes que me gusta Jacobo. Dime, ¿qué es lo que buscas? ¿Quieres molestar a mi hermano? ¿Quieres fastidiarme a mí? ¿O te traes algo contra los dos? —acusó Adriana, mirando a Micaela con desconfianza.

Micaela la miró, ya cansada del veneno en sus palabras.

—Si te gusta Jacobo, pues ve y búscalo tú —le soltó, sin ganas de discutir.

Adriana apretó los dientes, frustrada. ¿Acaso no lo había intentado ya? Se había partido el alma coqueteándole, solo le faltaba gritarle su amor a Jacobo frente a todo el mundo.

—¿Me estás presumiendo que Jacobo te quiere? —reviró, casi escupiendo las palabras.

—No es así —contestó Micaela, frunciendo el ceño.

—Yo sí sé bien de qué pie cojeas. Antes hiciste tus trucos para quedarte con mi hermano y ahora otra vez andas de intrigosa con Jacobo. Pero en esta vida no todo se te va a dar fácil, Micaela. Ya verás que te va a ir mal —soltó Adriana, herida y rabiosa.

Micaela solo negó con la cabeza y caminó hacia la salida del jardín.

Adriana fue tras ella, pisando fuerte.

—¡Micaela, no te atrevas a meterte con Jacobo! ¿Me oíste? ¡Él es mío! —gritó, sintiéndose fuera de sí.

Micaela se detuvo y la miró, la voz seca como piedra.

—Señorita Adriana, no todos tenemos que darte el gusto, ni tratarte como si fueras la reina del pueblo.

Las palabras de Micaela hicieron que Adriana explotara. En un arranque, la tomó del brazo.

—¿Tú quién te crees para darme lecciones? —le gritó, apretando con fuerza.

Micaela se sorprendió. La verdad, a Adriana se le había subido demasiado el papel de niña consentida. Se soltó de su agarre.

—No te metas conmigo —respondió, zafándose.

Adriana se quedó helada. Hasta el día de hoy, no entendía por qué su hermano había decidido repartir las ocho empresas y dejarle tanto a Micaela, una simple forastera que, según ella, solo se aprovechaba de la familia Ruiz.

Y ahora, por culpa de Jacobo, el rencor contra Micaela le hervía en la sangre.

Capítulo 264 1

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