Samanta también se veía incómoda, mientras Lionel explicaba:
—Gaspar tiene cosas de trabajo que platicar con Micaela.
Adriana mordió su labio con fuerza.
—¿Qué asunto tan importante tiene que ser justo ahora?
En ese momento, uno de los organizadores llamó a varias personas mayores para que tomaran asiento en la primera fila. Al parecer, ya no había lugares ahí.
Lionel las condujo a ambas hasta la segunda fila.
—Samanta, ¿te encuentras bien? —preguntó Adriana con preocupación.
Samanta forzó una sonrisa.
—Estoy bien.
—¿Y por qué ella puede sentarse en la primera fila? —Adriana no pudo ocultar su molestia—. ¿Qué tiene Micaela de especial para estar ahí?
—La primera fila es para los directivos de la fundación e invitados especiales —respondió Lionel.
Samanta esbozó una media sonrisa.
—Así que Jacobo sí que está atento a Micaela, la invita hasta a este tipo de eventos.
Adriana apretó los labios, una chispa de envidia centelleó en sus ojos.
—Quién sabe si no fue ella la que se le pegó para venir.
Al escuchar eso, Lionel alzó las cejas con sorpresa y miró hacia donde estaba Micaela. ¿Será que Jacobo y Micaela de verdad andan juntos?
Gaspar estaba sentado junto a Micaela, pero ella ni siquiera le dirigió una mirada; de hecho, parecía incómoda con su cercanía.
Gaspar tampoco buscó conversación. En cambio, algunos de los invitados a su alrededor se acercaron a saludarlo y a estrecharle la mano, visiblemente honrados.
Por fin, el evento dio inicio formalmente.
El conductor invitó a Jacobo a subir al escenario para dar unas palabras. Jacobo subió con paso seguro, miró a todos los presentes y, por un instante, su mirada se detuvo en Micaela.
—Agradezco mucho que estén aquí para el lanzamiento del Programa de Apoyo a Nuevos Talentos de la Fundación Rojas —su voz sonó firme y clara—. Hoy me enorgullece anunciar que la fundación creará la “Beca de Investigación Micaela”, dedicada a apoyar a jóvenes promesas en la investigación científica.
La noticia provocó murmullos y asombro entre el público.
Los ojos de Micaela se abrieron un poco más, sorprendida. ¿Por qué Jacobo no le había contado nada de eso?
El gesto de Gaspar se endureció de inmediato; volteó a mirar a Micaela, que no quitaba la vista de Jacobo allá arriba.
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