Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 559

La noticia de que Micaela se había unido al laboratorio bajo el mando del doctor Nico empezó a correrse silenciosamente; en el laboratorio, ya no era ningún secreto.

Incluso en el baño, Micaela escuchó varios comentarios sobre su decisión.

—¿De veras que Micaela no piensa las cosas? ¡Si el señor Gaspar la protege tanto, le da todos los proyectos importantes! ¿Por qué se va?

—Sí, exacto. Si ella se hubiera quedado, ese proyecto del cerebro y la máquina ni de chiste se lo daban a Lara. Y con el apoyo de Gaspar, seguro le va mucho mejor que en el laboratorio del doctor Nico.

Frente a las especulaciones sobre su partida, Micaela no se molestó en explicar nada. Verónica sí le preguntó directamente, a lo que Micaela respondió con simpleza: quería un cambio de ambiente, un respiro para su ánimo.

Una semana después, el doctor Nico regresó de Villa Fantasía. Se le notaba tranquilo, pero en sus ojos había un brillo de satisfacción. Ya había firmado el contrato de renta con Jacobo; lo siguiente era poner en orden el laboratorio y arrancar con la investigación.

Micaela fue a cenar con Nico para platicar sobre los planes del nuevo laboratorio. Al terminar, Nico le pidió que se acercara. Con las cortinas cerradas y el aire solemne, le señaló la silla frente a él.

—Micaela, esta vez en Villa Fantasía me encontré con algunos viejos amigos y cerramos ciertos acuerdos.

Micaela lo miró, atenta. De pronto, Nico le soltó:

—Micaela, ¿conoces la historia del “Caballo de Troya”?

Micaela se tensó un poco, observando al anciano lleno de vitalidad. Sus intenciones siempre le resultaban difíciles de adivinar.

—Micaela, quiero consultarte algo. ¿Te gustaría quedarte en el Departamento de Investigación de la Universidad de Medicina?

Micaela se quedó pasmada, y entonces entendió a qué venía la referencia del “Caballo de Troya”.

Nico había vuelto al país con una misión científica. Reabrir el laboratorio no era para trabajar en proyectos nuevos, sino para brindar apoyo. Traía de vuelta la tecnología que alguna vez usó en Costa Brava, todo para reforzar el Departamento de Investigación de la universidad.

Nico tosió ligeramente.

—Eso también lo pidieron desde Villa Fantasía. Con tu talento, el país te necesita mucho.

Micaela sintió que el aire se le atascaba en el pecho.

—Señor Nico…

—Quédate en el Departamento de Investigación —sentenció Nico, levantándose para darle unas palmadas en el hombro—. Aquí haces más falta.

Micaela se perdió en la mirada profunda de Nico. Reflexionó unos segundos y asintió.

—De acuerdo, señor Nico. Entonces, a trabajar en equipo.

Nico sonrió, satisfecho.

—Haz caso a lo que te pidan en el Departamento y da lo mejor de ti.

—Lo haré, señor Nico. Que descanse.

Micaela se levantó y salió, sin querer molestarle más.

Al salir del hotel, respiró hondo. Había cosas más importantes que su propio sentir. Incluso si no quería enfrentar ciertas situaciones o personas, tendría que ajustar su actitud y seguir adelante.

...

En la mansión Ruiz.

Gaspar estaba de pie junto al ventanal de su estudio, acababa de terminar una llamada de Villa Fantasía.

Quintana entró con una bandeja de fruta recién cortada y la puso sobre el escritorio.

—Gaspar, ven a comer fruta.

—Sí, mamá —respondió Gaspar, acercándose con una sonrisa.

Quintana lo miró con sorpresa. Su hijo había estado preocupado durante la comida, pero ahora parecía de mejor humor.

—¿Ya resolviste lo que te tenía inquieto? —le preguntó.

—Más o menos —dijo Gaspar, asintiendo.

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