Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 578

Tener un pasado como el de él, ¿cómo podría alguien así dejarse vencer tan fácilmente?

Micaela platicó un par de cosas con Jacobo antes de subir al carro. Jacobo se quedó observando cómo se alejaba su silueta, sabiendo que tenía las ganas y la capacidad de ayudar, pero no encontraba forma de hacerlo.

El tipo de ocupaciones que tenía Micaela, él sí que no podía resolverlas.

Al volver a la oficina, Micaela se saltó la reunión de la mañana para seguir trabajando en su propuesta. Leónidas ya estaba enterado de que Micaela estaba preparando el plan a tres años y había dado la orden de que nadie debía molestarla sin motivo.

Lara, sin embargo, no estaba nada contenta con eso.

—Sr. Leónidas, ¿eso significa que la próxima vez yo también puedo faltar a la reunión de la mañana cuando quiera? —reviró Lara, con cierta molestia.

—Lara, Micaela está ocupada en algo muy importante, más que cualquier reunión —respondió Leónidas, serio—. Todos han visto cómo están las cosas del Grupo Ruiz en las redes. InnovaCiencia Global también es parte del Grupo Ruiz. Si hay problemas dentro del Grupo Ruiz, muchos de nuestros proyectos se verán afectados.

—¡Ya lo vi! Casi me da un infarto. Además, el odio contra el Sr. Gaspar en internet está pesadísimo.

—Sí. Estoy seguro de que el Sr. Gaspar tiene una estrategia. Cuando logre salir de esto, los medios seguro se van a quedar callados de inmediato.

Lara también tenía la cabeza en ese asunto. En la mañana le mandó mensaje a Samanta y ella le contó que pasó la noche en el Grupo Ruiz. Por lo visto, Samanta ya estaba acompañando a Gaspar, tratando de animarlo.

Lara era de las que menos querían que Gaspar cayera, porque el futuro del Grupo Báez dependía de él, y también su propio camino en la ciencia necesitaba de la protección de Gaspar.

Así que, al final, la familia Báez y la familia Ruiz ya estaban completamente entrelazadas.

...

Al mediodía, después de almorzar, Micaela regresó a su oficina. El cansancio la vencía. Al final, soltó todo, se tiró en el sillón y se quedó dormida.

...

Gaspar se encontró con Micaela dormida en el sillón. Aunque la calefacción estaba encendida, la atmósfera se sentía tensa y Micaela, inconscientemente, se acurrucaba como si buscara calor.

Sin decir palabra, Gaspar se quitó el saco del traje y lo acomodó con cuidado sobre ella.

Luego, se sentó en la silla de la oficina, encendió la computadora y vio que la pantalla mostraba la propuesta del plan. Entrecerró los ojos y decidió darle un vistazo.

También notó una taza de café sobre el escritorio. Como él también había pasado la noche sin dormir, pensó que le vendría bien un poco de cafeína. Sin dudar, tomó la taza y la llevó a sus labios.

Probó un sorbo. Era el tipo de café que Micaela solía beber, ese sabor tan dulce que a él nunca le convencía, pero esta vez, no hizo ningún gesto de desagrado.