Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 619

—Aunque Micaela tuvo una hija, al final de cuentas es la hija de Gaspar —soltó Lara, con esa desesperación de quien se preocupa más que el propio interesado.

Ella había pensado que, tras el divorcio de Micaela, Samanta podría entrar de inmediato a la familia Ruiz y convertirse en la señora Ruiz, pero la verdad era que no había señales de nada de eso.

—Yo sé lo que hago —contestó Samanta, dejando la taza sobre la mesa.

Lara no pudo evitar explotar un poco—. ¿No tienes miedo de que Gaspar siga sintiendo algo por Micaela?

—¿Y tú conoces a Micaela? —Samanta levantó la vista, mirándola fijo.

Lara se quedó fría. Para ella, Micaela nunca había valido la pena como para prestarle atención, pero la pregunta de Samanta la hizo pensar por un momento.

¿Cómo era Micaela, en realidad?

Lara se apresuró a resumir, con desdén—. Ella es altiva, arrogante, solo llegó lejos por contactos.

Pero la mirada de Samanta se volvió profunda y, con una media sonrisa, explicó—. Micaela, en el fondo, es orgullosa. Odia la traición y la deslealtad. Pero también es una persona que mezcla bondad y principios.

—¿Bondad? —Lara puso cara de incredulidad—. Yo no le veo nada de eso.

Samanta continuó con calma—. Se pasó seis años entregándole todo su amor a Gaspar y lo único que recibió fue un divorcio. Estoy segura de que jamás volverá a enamorarse. Así le pongan en frente al tipo más increíble, ella está destinada a quedarse sola.

Lara soltó una risa burlona—. Eso solo demuestra que es una ingenua.

—Para mí, eso juega a mi favor. Ella puede perdonar cualquier error hecho sin mala intención, pero jamás una traición en el matrimonio —Samanta sonrió de lado—. Cuando nos descubrió a Gaspar y a mí, aguantó dos años. Fue su última oportunidad para que él regresara a su familia. Al terminar esos dos años, pidió el divorcio sin dudar. Aunque Gaspar se hubiera tirado al piso para rogarle, ella no lo habría vuelto a mirar.

Lara arqueó las cejas y se rio—. ¿Gaspar, de rodillas pidiéndole perdón?

—Es solo una suposición —Samanta negó con la cabeza—. Micaela parece fácil de tratar, pero en el fondo es terca como una mula. Cuando se le mete algo en la cabeza, no hay vuelta atrás. En eso, se parece mucho a Gaspar.

Lara entendió por dónde iba la cosa—. Entonces, lo que quieres decir es...

—Que si quieres vencerla, tienes que aprovechar ese carácter suyo —Samanta soltó una risita—. Hay que lograr que se canse de Gaspar de una vez por todas.

Por fin, Lara comprendió a la perfección el método de Samanta. Así que esa era la razón por la que Samanta no se apresuraba ni se preocupaba demasiado.

Samanta acomodó su cabello—. Gaspar siente culpa por Micaela y su hija. Cuando esa culpa desaparezca, volverá a mi lado. Yo voy a ser su refugio eterno.

—Así que por eso dejas que sigan en contacto, ¿verdad? —Lara la miró, intrigada.

—Eso se llama avanzar retrocediendo. Cuanto más se acerque Gaspar a Micaela, más va a notar las heridas que hay entre ellos. Y conociendo a Micaela, seguro lo va a hacer chocar contra la pared.

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