Micaela asintió suavemente y siguió a Enzo en dirección al área de descanso para invitados especiales. No muy lejos, Samanta y Adriana también voltearon a ver hacia allá; sabían que Gaspar estaba recibiendo a varios personajes importantes, y ahora veían a Micaela uniéndose al grupo.
Por un instante, la envidia brilló en los ojos de Adriana, mientras Samanta apartó la mirada, bajando la cabeza, perdida en sus pensamientos.
Lionel notó de inmediato el cambio en la expresión de Samanta; entendía que hoy, una vez más, Micaela la había dejado en segundo plano.
Era innegable que Micaela destacaba por su talento, pero considerando que fue esposa de Gaspar, eso para Samanta resultaba aún más difícil de digerir.
La puerta del salón VIP se cerró, dejando afuera el bullicio del banquete. Micaela miró el interior: Gaspar y el alcalde Villegas charlaban animados con varios académicos. Al verla entrar, Gaspar se acomodó los lentes con elegancia y le sonrió.
—Micaela, qué bueno que llegaste.
—¡Micaela! —el alcalde Villegas la llamó con entusiasmo—. Justo hace un momento hablábamos bien de ti con el director Ismael. Tu presentación estuvo increíble.
Micaela se acercó con una sonrisa.
—El director Ismael exagera, de verdad.
—Micaela, no seas tan modesta —dijo Ismael con un tono lleno de afecto—. Tu artículo sobre leucemia ya fue incluido en el material de estudio de la facultad de medicina.
Gaspar la miraba desde detrás de sus lentes, con una expresión que dejaba claro que reconocía el mérito de Micaela.
—Micaela, ¿has estado en contacto con mi sobrino últimamente? —preguntó de pronto el alcalde Villegas, curioso.
Micaela se sorprendió un poco, pero asintió.
—La última vez que lo vi fue en la junta de Villa Fantasía.
—Son jóvenes talentosos los dos, deberían convivir más —apuntó el alcalde Villegas, y al decirlo, echó una mirada rápida a Gaspar para ver su reacción, como si temiera meter la pata—. Gaspar, escuché que el proyecto de Interfaz Cerebro-Máquina que llevan está colaborando con la base, ¿cierto?
Gaspar mantuvo su sonrisa impecable y asintió.
—Así es, hemos mantenido una colaboración estratégica.
El alcalde Villegas soltó una carcajada y, con una mirada llena de segundas intenciones hacia Micaela, insistió:
—Micaela, no desperdicies la oportunidad de conocer a gente interesante. A veces, el destino está en los detalles.



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