Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 774

Pero justo en ese momento, Gaspar miró a Ramiro.

—Dr. Ramiro, el reclutamiento del equipo para el proyecto civil queda bajo tu cargo. Los responsables de los tres grupos de desarrollo también serán elegidos y evaluados por ti.

Ramiro asintió y, dirigiéndose a todos los presentes, anunció:

—Para ser responsable de algún grupo, se requiere al menos cinco años de experiencia en investigación y haber liderado al menos un proyecto de equipo médico que haya obtenido la aprobación de la FDA.

Apenas terminó de decir esto, el silencio inundó la sala de juntas por unos segundos. ¡Las exigencias de Ramiro para el equipo eran altísimas!

Lara apretó el celular con fuerza. Ella solo llevaba dos años en el campo de investigación médica, y el único proyecto en el que había participado ni siquiera había llegado a la fase de ensayos clínicos.

—¿Será que Ramiro puso ese filtro para dejarme fuera a propósito? —pensó, sintiendo un escalofrío.

Aunque Lara confiaba en que Ramiro no tenía malas intenciones, ahora, con ese requisito, ¿de verdad aún tenía oportunidad de convertirse en líder de grupo?

Si Gaspar no intervenía, con las condiciones de Ramiro, ella no tendría ninguna posibilidad.

La reunión terminó diez minutos después. Micaela cerró su cuaderno y salió por la puerta trasera sin voltear.

Lara siguió con la mirada la figura de Gaspar, preguntándose si él pediría hablar con ella en privado. Pero de repente vio a Enzo acercarse para entregarle un reporte. Gaspar escuchaba mientras seguía caminando; al pasar junto a Lara, cruzó su mirada con la de ella solo por un segundo.

Lara pensó que él se había fijado en ella, pero Gaspar apartó la vista de inmediato. Su actitud dejaba claro que no quería que nadie se le acercara, como si Lara no fuera más que una desconocida sin importancia.

Apretando los documentos entre sus manos, Lara se quedó de pie, sintiendo por primera vez, con una claridad dolorosa, que en el mundo académico, sin resultados tangibles, una persona no valía nada.

Regresó a su oficina y por fin recibió el mensaje de Samanta: