Los dedos de Micaela se detuvieron un momento. Miró a su hija y, con una voz suave pero firme, le dijo:
—Pilar, la bisabuelita ya está grande, puede que se haya confundido al decir eso.
Pilar ladeó la cabeza, haciendo un puchero.
—Pero la bisabuela dijo que soy la única hija de mi papá…
Sofía, que escuchaba todo desde un rincón, sintió cómo se le aceleraba el corazón. Si Pilar se aferraba a esa idea, seguro que en el futuro acabaría lastimada. Más aún considerando que don Gaspar y la señorita Samanta ya casi estaban a punto de casarse. No pasaría mucho antes de que tuvieran hijos.
Queriendo cambiar de tema, Sofía intervino:
—Pilar, mira qué fresas tan bonitas hay aquí. ¿Por qué no pruebas una y me dices si está dulce?
Pilar agarró una y le dio una mordida.
—¡Está bien dulce!
Micaela suspiró en silencio. ¿Cuándo habría sido que la señora Florencia le habló a su hija de ese tema? Definitivamente tenía que hablar con la señora Florencia, pedirle que no le metiera esas ideas en la cabeza a la niña. No quería que su hija creciera con falsas expectativas.
Después de todo, Micaela nunca permitiría que Pilar intentara pelear por la herencia de Gaspar.
—Pilar, cuando crezcas, mamá te va a mandar a la mejor universidad para que aprendas a manejar una empresa. Estoy segura de que llegarás muy lejos, y la compañía de mamá será aún más grande contigo.
Pilar asintió con su cabecita, aunque no entendía del todo.
—Sí, mamá, yo me voy a esforzar mucho.
A las diez de la noche, después de arropar a Pilar y esperar a que se durmiera, Micaela se sentó frente a la ventana panorámica. Observó el mar de luces de la ciudad, dejando que su mente vagara por unos segundos. Luego encendió la computadora y se puso a trabajar.
En ese momento, escuchó el timbre de un mensaje. Alargó la mano y tomó su celular: era un enlace que Emilia le había mandado.
[¿De verdad Samanta terminó en la sala de urgencias?]
Micaela frunció el ceño y abrió el enlace. Había un video de la prensa captando el momento en que Samanta entraba a urgencias ese mediodía. Micaela revisó la hora: justo coincidía con la franja en la que habían estado comiendo.
Así que por eso Gaspar se había ido tan apurado… era porque Samanta había acabado otra vez en urgencias.
[¿Acaso el accidente fue tan grave?] Emilia le volvió a escribir, visiblemente preocupada.
Micaela no quiso abrir el video completo. Solo le respondió:
[No lo sé, yo tampoco tengo detalles.]
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