Donia: Falsa Heredera, Múltiples Vidas romance Capítulo 27

Marisol escuchó esas palabras y su rostro se volvió verde de la ira en un instante. "¡Donia, ¿estás loca o qué te pasa?!"

Ella sonrió ligeramente y se tumbó perezosamente en la cama, sus ojos claros y oscuros fijos en el techo, con una voz suave, "Si no eres la más poderosa del mundo, ¿de dónde sacas el coraje para hacer un escándalo?"

¿No sería mejor comportarse bien?

Donia suspiró y colgó el teléfono.

Marisol, temblando de rabia al oír el tono de ocupado en el teléfono, arrojó su celular con fuerza sobre la mesa de café, haciendo un ruido estridente. El teléfono golpeó el suelo.

Alexa, que estaba a su lado, se encogió de hombros como si estuviera asustada por su enojo. Rápidamente se agachó para recoger el teléfono del suelo y viendo la pantalla rota, lo dejó silenciosamente sobre la mesa de nuevo.

Luego, se sentó al lado de su madre y extendió la mano para acariciar su espalda con suavidad. "Mamá, cálmate, no te rebajes al nivel de Donia. Ella creció en la casa de la abuela y se acostumbró a ser salvaje, por eso sus palabras pueden ser un poco duras. No te lo tomes a pecho, no vale la pena enfermarse por eso."

Alexa había escuchado todo lo que Donia había dicho durante la llamada de Marisol por el altavoz.

Para ser honesta, ella también estaba sorprendida por la actitud de Donia. Aunque su voz sonaba tan normal como siempre, había algo en ella que transmitía una arrogancia desmesurada.

Marisol siempre había sido orgullosa, así que era obvio que se enojaría después de ser confrontada de esa manera.

Después de escuchar algunas palabras de consuelo de Alexa, el rostro de la mujer finalmente comenzó a relajarse. Miró a su hija tan comprensiva y acarició su cabeza con una mano, sintiéndose ligeramente consolada: "Siempre tan considerada."

Se sintió agradecida una vez más de que el incidente de la niña malcriada hubiera sido rectificado. De lo contrario, con el carácter de esa chica, habría terminado enfadándola hasta la muerte.

"Donita, ¿ya te dormiste?" La voz de Claudia se escuchó desde afuera.

Pensativa, dejó el pijama a un lado y se dirigió a la puerta, abriéndola.

Claudia vio a su hija calmada y aparentemente relajada, recordando la actitud de Matías esa noche, preguntó con cautela: "¿Estás enojada con tu hermano mayor?"

Donia mostró una expresión confundida, "¿Eh?"

Al ver que Donia no parecía entender y que no había tomado en serio el incidente de la noche, Claudia se sintió aliviada pero al mismo tiempo un poco triste. Luego dijo: "A veces tu hermano es un poco descuidado y no tiene en cuenta tus sentimientos. No te lo tomes a pecho, Donita."

Ahora Donia entendía a qué se refería su madre, así que respondió brevemente y sin rodeos: "Lo sé, no estoy enojada."