Donia: Falsa Heredera, Múltiples Vidas romance Capítulo 39

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Federico alzó su taza de mate con una elegancia innata y tomó un sorbo, "Después de que te fuiste, tu abuela y yo tuvimos una larga charla."

Donia recordó a la anciana que se levantaba muy temprano para prepararle el desayuno y esperaba en silencio en la puerta cada noche, una sonrisa cálida se dibujó en sus labios, "¿Cómo está mi abuela?"

"Bastante bien, aunque no tan animada como antes. Quizás es porque te extraña," dijo Federico lentamente.

Donia bajó la mirada, en un momento de silencio. Cuando se fue, no esperó a que su abuela volviera del hospital, precisamente porque temía que se sintiera triste.

Al ver eso, Federico añadió: "Pero tu madre adoptiva ya la trajo para acá. Si quieres verla, puedes hacerlo en cualquier momento."

Donia asintió levemente. Sabía que Marisol traería a su abuela, así que no se sorprendió; sin embargo, miró a Federico con una expresión complicada y preguntó: "¿Cómo sabes tanto?"

Incluso cuando vivían en Furesa y este hombre era su vecino, rara vez interactuaban, además no recordaba haber oído a su abuela mencionarlo.

Federico arqueó una ceja y evadiendo la pregunta, dijo, "También sé dónde está viviendo tu abuela ahora."

Al oír eso, Donia sonrió con ironía: "Sabes mucho de mí, ¿no serás un guardaespaldas que mi madre adoptiva ha contratado?"

Federico frunció los labios ante la pregunta.

¿Guardaespaldas?

¿Él?

Después de un rato, respondió con frialdad: "Tienes mucha imaginación."

"Gracias por el cumplido," replicó Donia con ligereza y tras una pausa, añadió con cierto desdén: "Pero honestamente, dudo que mi madre adoptiva sea tan generosa como para contratar un guardaespaldas."

Federico soltó una risita.

En ese momento, el camarero entró con los platos.

Cuando terminaron de servir y quedaron solos de nuevo, Federico pareció recordar algo y preguntó: "Esta mañana, en la entrada de la Escuela San José, ¿te detuvieron porque el guardia se llevó tu carta de admisión?"