Donia: Falsa Heredera, Múltiples Vidas romance Capítulo 47

Después de comer, Donia regresó a su habitación, dejando a Claudia y Jaime solos en la sala.

Claudia no se apresuró a recoger los platos y se sentó pensativa en la mesa de comedor. Le contó a su esposo la conversación que había tenido con su hija en la cocina.

"Tengo la sospecha de que nuestra hija piensa que tenemos muchas deudas," dijo Claudia, apoyando su codo en la mesa y mirando al vacío.

Aunque Donia no había preguntado más, el sexto sentido de una mujer le decía que su hija había malinterpretado algo.

Jaime la miró y comentó, "No creo que sea para tanto, simplemente se encontró con el contador por casualidad en el pasillo."

Claudia negó con la cabeza, "No, lo primero que preguntó fue si habíamos tenido visitas en casa hoy."

"Pienso que estás exagerando, quizás solo preguntó por cortesía, además, Donita no es de las que se preocupan por esas cosas," dijo Jaime con indiferencia.

"Espero que tengas razón." Claudia suspiró y luego, con un brillo en los ojos, sugirió: "¿Qué tal si le damos otra tarjeta para que use? Así no pensará que tenemos deudas."

Al escucharla, Jaime encontró la idea bastante buena, aunque recordó, "No parece que haya usado nunca la tarjeta negra que le di la última vez."

Claudia levantó una ceja, "Eso es fácil, le daré efectivo directamente."

"No, el efectivo no es buena idea. Cuando la llevé a la escuela el primer día, pensé en darle dinero en efectivo, pero ella me dijo que los jóvenes ahora prefieren pagar con el móvil, que el efectivo es incómodo," Jaime negó rápidamente la idea de Claudia.

"¿Eh, entonces una transferencia? ¡Claro, cómo lo olvidé!" Claudia se golpeó la frente y se levantó para buscar su teléfono en la sala.

Ya tenía los datos de su hija agregados desde hace tiempo en el banco, así que Claudia rápidamente encontró su contacto, abrió el panel de transferencias y preguntó: "Jaime, ¿cuánto crees que le debería transferir a Donita? ¿Cincuenta mil? ¿O quizás cien mil?"

Así que su mujer rápidamente escribió la cantidad de diez mil en la caja de pago y justo cuando iba a confirmar, apareció un mensaje del banco indicando un límite de transferencia.

"Vaya, mi tarjeta no permite transferir tanto de una vez." Claudia frunció el ceño.

¿Qué clase de restricción era esa? Eso retrasaría su intento de aclarar el malentendido con su hija.

Jaime sugirió con una ceja levantada, "Entonces haz transferencias de mil cada día. Así nuestra hija recibirá un poco de dinero diario, ¿no la haría más feliz?"

"Eso es verdad, tu idea es buena y lo más importante es que puede ayudar a fortalecer nuestra relación con ella." Claudia asintió y confirmó la transferencia.

Escuchando a su esposa hablar de 'fortalecer nuestra relación con ella', Jaime se quedó pensativo unos segundos y luego en silencio, también sacó su teléfono.