El Ángel Guardián a Mi Lado romance Capítulo 45

Regina no quería aceptar las cosas que Oriana había preparado para ella, pero su amiga se las dio de todas maneras.

"¡Ánimo! ¡Confío en que podrás conquistar a Demian fácilmente!"

Cuando Regina regresó a Villa Morillo ya era muy tarde, cargando con las pulseras y anillos que había comprado, además de la bolsa de cosas que Oriana le había dado.

Pensó que Demian aún no había llegado, pero justo al entrar, se quedó petrificada, él estaba sentado en el sofá, con las piernas cruzadas, sosteniendo una tableta y ocupándose de algo. Al oír el ruido, levantó la vista y sus miradas se encontraron.

Al verlo, recordó de inmediato todas las cosas que Oriana había preparado para ella; diversos tipos de lencería transparente, colas de zorro, preservativos, juguetes y demás. Por lo que su rostro se enrojeció al instante. Por un momento, su mente se inundó de imágenes que no podía controlar, todas tremendamente atrevidas.

Regina intentó despejar su mente de esas imágenes, pero cada vez que veía a Demian, le resultaba más difícil, especialmente porque él era increíblemente atractivo, con un cuerpo esculpido, abdominales marcados, piernas largas, y encima de todo, emanaba un aroma delicioso.

"¿Qué pasa?" Una voz ronca, ligeramente sombría pero extremadamente agradable, resonó. Demian la miraba con una mezcla de confusión en sus ojos.

¡Regina estaba al borde de la locura! ¿En qué estaba pensando?

Todo era culpa de Oriana y sus absurdas ideas. Si Demian se enteraba de que había planeado seducirlo con esas cosas, estaba segura de que, dada su personalidad, definitivamente pensaría que tenía malas intenciones.

Ella respiró hondo, tratando de actuar como si nada hubiera pasado, dirigiéndose lentamente hacia donde estaba Demian.

"¿Ya volviste?"

"Sí." Él asintió. "¿No querías que volviera?"

"¡No es eso!" Regina se apresuró a explicar, "Estoy feliz de que hayas vuelto."

"¿Feliz?" Demian levantó la vista y su mirada se volvió un tanto dulce, como si estuviera complacido, "¿En serio?"

"Sí." Los ojos de Regina brillaban de expectación y nerviosismo.

Sabía que Demian tenía de todo y lo que para otros sería extremadamente valioso, para él, quizás no significaba mucho. Pero pensó que esos dos artículos realmente le quedarían bien, aunque si quería encontrar algo que realmente estuviera a su altura, tendría que asistir a una subasta algún día.

Demian tomó las bolsas y preguntó, "¿Puedo abrirlo ahora?"

"Sí."

Entonces, procedió a abrir las cajas; una contenía un par de anillos y la otra una pulsera.

Aunque no eran exorbitantemente caros, tampoco eran baratos.

Demian se mostró sorprendido, se puso la pulsera de inmediato y dijo, "Me gusta mucho."