El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 103

Ariana le había prometido a su papá que regresaría a casa para acompañarlo a comer al mediodía, y por la noche también había quedado con Iker para ir a cenar en un restaurante Michelin.

Había dejado plantado a Iker, su editor, durante un mes entero, así que, pasara lo que pasara, esta vez no pensaba faltar a la cita.

Después de descansar un rato en casa, Ariana salió rumbo al supermercado más cercano para comprar ingredientes frescos; quería prepararle una gran comida a su papá con sus propias manos.

Julián tenía una reunión en la escuela esa misma mañana, así que, cuando regresó cerca del mediodía, lo recibió de nuevo el delicioso aroma de la comida recién hecha.

Durante la comida, Ariana le platicó a su papá sobre sus experiencias y anécdotas de ese mes que estuvo de “viaje de inspiración”. Julián, por su parte, le contó algunas historias divertidas que le habían ocurrido con sus alumnos en clase.

Al terminar de comer, Julián tuvo que volver a la escuela para continuar con las reuniones.

Ariana, temiendo encontrarse de nuevo con Esteban si regresaba temprano a Residencial Senda Nueva, decidió quedarse un rato más en casa de su papá. Solo cuando faltaba una hora para la cita con Iker salió rumbo al restaurante.

...

A las seis de la tarde, los dos llegaron puntuales al restaurante Michelin que Ariana había recomendado.

Aunque llevaban un mes sin comunicarse, Iker había estado al tanto de los movimientos de Ariana gracias a su Instagram; sabía que había visitado tres lugares diferentes en ese tiempo. Para él, estaba claro que esos viajes eran para buscar nueva inspiración para escribir. Como su editor, no pudo evitar sacar el tema.

—¿Ya tienes algo en mente para tu nuevo libro? —preguntó Iker apenas terminaron de pedir la comida.

—Sí, tengo algunas ideas. Ahora mismo estoy en la fase de planificación —respondió Ariana con una sonrisa.

La verdad, esa sonrisa escondía algo de nerviosismo. Sus ideas para escribir generalmente surgían de momentos inesperados mientras trabajaba en sus investigaciones, y no precisamente de los viajes que publicaba en redes.

Aun así, debía mantener el personaje y procurar informarse sobre las costumbres y particularidades de los lugares que mencionaba, para no meter la pata si le preguntaban. Por eso, parte de su tiempo libre lo dedicaba a investigar sobre esos sitios.

De hecho, a veces bastaba con leer, ver fotos o algunos videos, y ya podía fingir que había estado ahí.

Iker, intrigado por sus palabras, insistió:

—¿Me puedes adelantar un poco? Aunque sea una pista chiquita.

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