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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 180

Las palabras de Marcos no solo dejaron impactada a Nerea, sino también a José Manuel y Fabián.

El gesto de Nerea se volvió tenso, apretando los puños casi sin darse cuenta.

Jamás se le habría ocurrido que el heredero del emporio hotelero fuera amigo de Ariana, y que encima se conocieran desde hace diez años.

¡Esa mujer en verdad tenía talento para relacionarse con la gente indicada!

En el fondo, Nerea sintió que su desprecio por Ariana crecía aún más, y de paso, ya ni Marcos le caía bien.

Soltó un resoplido por la nariz y, con aire altanero, aventó:

—Ni el mejor consejo sirve para quien no quiere escuchar. Ya no tengo nada más que decir, señor Gamboa, haga lo que quiera.

Al acabar, Nerea levantó la barbilla con orgullo y, sin dar tiempo a réplicas, tomó a Estela de la mano y estiró la otra para jalar a su novio Fabián, llevándolos directo hacia el otro extremo de la zona de descanso.

Avanzó unos pasos con ambos y, al ver que José Manuel seguía inmóvil, se giró para apurarlo:

—Chema, vente para acá, de este lado el aire está mucho mejor.

Estela también volteó a ver a Marcos, con el remordimiento pintado en la mirada, sin haber encontrado aún la oportunidad de disculparse con él.

Marcos la observaba en silencio, pero no intentó retenerla. Sabía que ella era cercana a Nerea; en este momento, probablemente no significaba nada para Estela.

Además, no quería ponerla en una situación incómoda.

José Manuel lanzó una mirada pensativa entre Marcos y Estela. Al final, se tomó del brazo de Anaís y se dispuso a seguir a Nerea y los demás.

Antes de irse, por simple cortesía, saludó a Marcos:

—Señor Gamboa, nos vemos luego.

Marcos asintió con una sonrisa, despidiéndolos con la mirada mientras se alejaban.

Cuando el grupo se hubo marchado, Marcos regresó a su asiento, sacó el celular y, con la cabeza baja, abrió el mensaje de WhatsApp que había dejado a medias. Lo borró y escribió algo nuevo antes de enviarlo.

...

Jazmín recibió el mensaje de Marcos justo cuando ella y Ariana acababan de colgar la pintura de peonías que habían comprado esa mañana en el museo.

Se limpió las manos, fue hasta el sillón y recogió su celular para revisar el mensaje.

Al leerlo, Jazmín dejó escapar una risita. Alzó la mirada y le dijo a Ariana:

—Primero me defiende y ahora te quiere sacar una comida gratis. Si alguien debe invitarle algo, soy yo.

Ariana sabía bien que Jazmín estaba haciendo lo posible por no estar sola con Marcos; ella intentaba dejar atrás ese enamoramiento y seguir adelante.

—Respóndele al señor Gamboa y pregúntale qué quiere comer mañana a mediodía —sugirió Ariana.

Jazmín parpadeó sorprendida:

—¿En serio le vas a invitar tú?

Ariana contestó:

—Él lo pidió, ¿qué más da? Si no lo hago, capaz que mañana vuelve a aparecerse aquí sin avisar, exigiendo que le cocines algo.

Jazmín suspiró con resignación:

—Tienes razón, seguro va a venir a chantajearme para que lo invite.

Dicho esto, siguiendo la sugerencia de Ariana, le respondió a Marcos su mensaje.

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