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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 310

En el despacho, Carlos ya estaba esperando adentro, sin regresar a su propio cuarto.

Apenas Valentín entró, vio la silueta de su hijo y una sonrisa de satisfacción se dibujó en su cara.

—Pa, ella ya está casada —Carlos fue el primero en hablar justo en el momento en que su padre cerró la puerta y se dio la vuelta.

La verdad es que, cuando estaban en la mesa y su madre le pidió a su papá la foto de Ariana, ya había querido decirlo.

Solo que ese tema tocaba la privacidad de Ariana y no quería mencionarlo frente a su madre.

Pero su padre era quien intentaba hacer de cupido, así que podía decírselo, y así hacerle entender que dejara de tratar de emparejarlos.

La sorpresa se reflejó por completo en la cara de Valentín mientras se acercaba y preguntaba:

—¿Y de dónde sacaste esa noticia?

Carlos no contestó de inmediato, solo dijo:

—Ella no quiso ocultarlo a propósito, ustedes fueron quienes tomaron decisiones por su cuenta.

Valentín primero se quedó congelado, pero enseguida se dio cuenta: su hijo, tan callado, estaba saliendo en defensa de Ariana.

¡Vaya que no lo podía creer!

¡De verdad, esto sí era inesperado!

Valentín no pudo evitar que la emoción le recorriera el pecho, así que preguntó con una mezcla de picardía y alegría:

—Eso ya lo sabía, pero no me has dicho, ¿quién te contó eso?

Que le llegara la noticia ya era suficiente, pero ¿por qué le habían dado un dato desactualizado?

Valentín estaba cada vez más divertido con la situación.

¿Será que su hijo ingenuo pensaba que Ariana seguía casada y por eso no se atrevía a buscarla?

—Eso no importa —Carlos desvió la mirada, incómodo, y se quedó mirando otro rincón del despacho.

Valentín lo miró de reojo y después fue a sentarse al sillón.

—A quien te dio esa información, mejor ni le pongas mucha atención —comentó Valentín.

—¿Por qué? —Carlos volteó curioso, más que nada intrigado.

Valentín le sostuvo la mirada, con una seriedad que imponía respeto.

—Porque la información que te dio no es confiable y así puedes perder la oportunidad.

Carlos arrugó la frente.

Siempre había sentido que ese hombre era el esposo de Ariana, pero ella lo negó.

Carlos, en silencio, empezó a atar cabos. Ahora, con lo que dijo su papá, todo tenía sentido: Ariana había negado que Esteban fuera su esposo porque, en ese momento, ya era su ex.

¡No era su marido actual, sino su exmarido!

Los ojos de Carlos, oscuros y profundos, brillaban cada vez más.

Valentín lo observaba todo el tiempo y notó perfectamente cómo le cambiaba la mirada a su hijo.

—La verdad, se nota que te importa. Si te importa, no te quedes con las ganas, no dejes pasar el momento —le aconsejó Valentín con seriedad.

El corazón de Carlos latía con fuerza. Intentaba serenarse.

Tenía muchas más cosas en la cabeza que las que podía imaginar su padre.

Si Ariana ya estaba divorciada en esta vida, ¿cuál habría sido el motivo?

¿Un amor desgastado? ¿O tal vez… fue por algo mucho más grave, tal vez peligroso?

Carlos se lamentaba profundamente de nunca haberle preguntado a su papá en la otra vida los detalles sobre el secuestro de Ariana y quién estuvo detrás.

Ahora que quería saberlo, ya era demasiado tarde.

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