El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 324

Poco después de las ocho de la noche, Marisol y su grupo de ocho personas fueron llevados a la comisaría para ser interrogados, junto con todas sus pertenencias.

Marisol apretaba los dientes con tanta fuerza que casi se los rompía, pero no tenía superpoderes para escapar. La que no tenía escapatoria, al final, era ella.

Ariana, como la denunciante, también fue a la comisaría para colaborar con la investigación.

Fue Liam quien la atendió personalmente para tomarle declaración, un trámite de rutina.

—¿Cuándo te diste cuenta de que Marisol tenía malas intenciones contigo?

—Cuando empezó a acercarse a mi padre de una forma tan deliberada, comencé a sospechar.

Ariana relató la versión que ya había preparado, que serviría como su testimonio oficial.

Por supuesto, omitió el hecho de que había contratado a alguien para que vigilara a Marisol.

—Solo sospechaba que quería drogarme para arruinar mi reputación, así que me preparé para grabar todo. En cuanto tuviera pruebas, llamaría a la policía. Lo que nunca imaginé es que también pondría drogas en el jugo para intentar convertirme en una adicta.

En realidad, su informante ya había visto a Marisol en contacto con traficantes de drogas. Sin embargo, comprar drogas para consumo propio no es un delito grave y el castigo es leve, así que Ariana le dijo que no llamara a la policía, que se mantuviera al margen y siguiera observando.

Si Marisol era adicta y compraba drogas solo para su consumo, y no para hacer daño a otros, seguramente lo haría una segunda y una tercera vez.

Pero el informante la siguió durante meses y solo la vio comprar drogas una vez.

Ariana tenía motivos para creer que Marisol había comprado esa sustancia dañina para otros fines.

Y no se equivocaba: quería usarla en ella.

¡Perfecto! Un delito más a la lista.

Después de tomar la declaración, Liam apagó la grabadora y le pidió a su compañero que saliera un momento. Solo entonces le sonrió a Ariana.

—No tienes ni un pelo de tonta.

—Gracias a ti, detective Espinosa —dijo Ariana con sinceridad.

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